LA BITÁCORA / JCPG
Han tenido razones para pedir perdón. En Europa se conviene que la Paz de Westfalia pone punto y final a las guerras surgidas, motivadas o con móviles en algún modo de orden religioso. Protestantes y católicos actuales poco tienen que ver con los del pasado. Está bien hacer examen del pasado y pedir perdón por las tropelías, especialmente de parte de la jerarquía.
En estos lares, en los que anida un ancestral anticlericalismo, el objeto que es fuente de todo mal es la Iglesia Católica. Y no digo que no haya razón; pero hay que recordar la sangre derramada por el protestantismo, la llamada del propio Lutero a derramar la sangre de los campesinos en la guerra de 1525, los desmanes de Enrique VIII e Isabel I. Sí, era en nombre de la religión en el que se hacían todas estas barbaridades. El hombre siempre necesita un justificante poderoso para matar en masa y robar en masa. Parece que su conciencia se queda más tranquila así. Matar es pecado; pero cuando se trata de matar en nombre de Dios, y, si es posible, de paso, salvar el alma del muerto en la lid…
Quizás el problema es que se necesitan muchas más peticiones de perdón. Son pocas las que ha habido hasta ahora. ¿Para cuando el comunismo estalinista pedirá perdón por sus enormes crímenes cometidos en España? El cristianismo ha sido históricamente muchas cosas, y ahí está su compleja historia, para encontrar ejemplos de todo tipo, de lo mejor y lo peor. Pero lo peor del cristianismo pasado no puede legitimar de ninguna manera ninguna conducta del islamismo presente, por ejemplo la yihad asesina que golpea de cuando en cuando Europa. Quienes desde la afirmación de los derechos inalienables del hombre critican al cristianismo por esencialista y, al mismo tiempo, justifican al islamismo porque ellos (los críticos) no lo son, no debieran descartar que en la teoría de la ley natural cristiana se encuentre el antecedente imprescindible de la teoría de los derechos del hombre. Desde luego lo buscarán inútilmente en la sharia.
En Los Ruices, a 2 de noviembre de 2016.