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EL OBSERVATORIO DEL TEJO/JULIÁN SÁNCHEZ

No viene a ser estrictamente necesaria la circunstancia de alcanzar a ser un Cristiano Ronaldo o un Mesi para poder ser considerado bajo las características de una figura legendaria en el contexto deportivo en el que uno ha coexistido y desarrollado su labor a lo largo de una larga vida de afición a lo que ha podido ser su mayor vocación, en este caso la actividad futbolística. El requenense Pepe Acebes puede ser considerado, sin duda ninguna, como un ejemplo de vocación al mundo del fútbol, a cuyo desarrollo se ha entregado con enormes valores de afición y vocación a lo largo de una extensa trayectoria en la que ha dejado siempre muestras de su honradez y extraordinaria evaluación humana.

José Acebes Teruel, se ha constituido en todo momento como un modesto trabajador requenense, hijo de un honesto empleado de la brigada municipal de nuestro Ayuntamiento. Bajo éstas premisas Acebes ha venido entregándose durante toda su vida a sus dos pasiones más sentidas, excepción hecha de su propia familia, pasiones tales como podemos considerar a Requena su pueblo, y el fútbol en general. Éste hombre llegó a ser perfectamente definido por el conocido locutor deportivo de la época Adelo Haya, a la sazón tío abuelo de nuestro actual y flamante concejal de Agricultura y Medio Ambiente, José Antonio Haya Barbero, bajo el siguiente comentario: “Pepe Acebes es el mejor ejemplo de entrega y corazón en un terreno de juego”. Estas son las principales características que el exquisito entendimiento del gran cronista requenense supo ver en Pepe Acebes, singularidades estas de las que ha viniendo haciendo gala durante toda su vida en cualquier modo o situación en las que haya confluido.

 

Pepe Acebes es una persona a la que no se le puede nunca considerar como imprescindible en la faceta en la cual se haya desenvuelto, supongo que como a cualquiera de todos nosotros, pero que seguramente si no hubiese existido existido hubiera que haberle inventado puesto que su influencia en los medios deportivos requenenses ha devenido más que notable.

La carrera deportiva de Acebes comienza de muy niño en el antiguo estadio municipal junto a la plaza de toros requenense allá por los años 50, militando en las filas del equipo del “Frente de Juventudes”, entidad que ostentaba el monopolio y patrocinio del deporte local. Muy pronto se formó en Requena un equipo juvenil independiente que dirigió uno de los talentos futbolísticos más notables en aquel periodo, Vicente Gómez AsensioEl Gallo” y Acebes pasó a formar parte de la delantera de la nueva escuadra, destacando como un delantero centro clásico de la época, rápido, valiente y buen cabeceador.  Posteriormente siguió evolucionando y pasando a formar parte de otros equipos locales como fueron los desaparecidos Huracán, Imperial y Royce, éste último patrocinado por una conocida marca de relojería.

Con solo 17 años, fue fichado por el C. D. Fuenterrobles donde estuvo de delantero titular durante dos temporadas, para después pasar a disputar otra en el Ayorense.

 En la siguiente temporada fichó por el C.D. Cheste, club con el que consiguió el campeonato de aficionados y desde allí pasó definitivamente al equipo del S.C. Requena en tercera categoría regional, pasando consiguientemente a militar en el de segunda, ascenso a primera y después a tercera división donde llegó a disputar algunos partidos hasta su definitiva retirada del fútbol en activo para ejercer su nueva labor como entrenador.

En su siguiente periplo, comenzó Acebes su experiencia como técnico en las filas de la U.D. San Antonio en segunda categoría regional, entidad en la que desarrolló su labor durante dos temporadas, para pasar a continuación al C.D. Campo Arcís, militante también en idéntica categoría, durante tres temporadas más para, tras considerar el S.C. Requena la valía humana y profesional de Acebes en su andadura técnica, reclamarle en orden a su integración definitiva en su staff técnico donde estuvo definitivamente trabajando durante el resto de su extensa vida deportiva hasta su definitiva jubilación.

Durante todo éste periodo Pepe Acebes se hizo cargo de la dirección técnica de los distintos equipos juveniles que se fueron formando en la década de los años 70, llegando a proclamarse campeones provinciales en diversas ocasiones, hasta que allá por el comienzo de los 80, el S.C. Requena consideró su incorporación como delegado y en ocasiones ayudante de entrenador del primer equipo del Sporting en Tercera División o Primera Preferente, según el caso o circunstancia, hasta concluir su extensa carrera en las Escuelas Deportivas municipales en sus diversas categorías, finalizando su última temporada dirigiendo al club local Amigos de Requena.

A nivel de anécdota deviene curioso recordar aquí un suceso que el propio Pepe Acebes no alcanzaba a recordar en mi entrevista producida recientemente con él recordando su vida y milagros. Y este viene a ser la evidencia de que Pepe Acebes fue el gran inventor de la tan comentada “Mano de Dios” atribuida a Diego Armando Maradona en su partido del mundial de Fútbol de México 86?, tras su gol marcado con la mano a Inglaterra y que el árbitro concedió como legal. Pues bien, si ésta jugada se produjo en 1986, Acebes, durante su militancia en el C.D. Fuenterrobles, en un partido de competición de máxima rivalidad disputado en terreno del C.D. Camporrobles, allá por el comienzo de los años 60, ya realizó idéntica jugada marcando con la mano el gol que dio la victoria al Fuenterrobles en “territorio comanche”. Ni que decir tiene las enormes dificultades que padeció el bueno de Pepe para salir del estadio camporruteño, y hasta temía posibles represalias de los hinchas más fanáticos los consiguientes días.

Pepe Acebes llegó a constituirse por méritos propios como el Luis Molowny del fútbol requenense, su singular carisma y forma de ser le vino a acarrear siempre la confianza de jugadores y directivos y llegaba a ser considerada tan normal la característica que, en cada cambio traumático de entrenador, Pepe Acebes era siempre el encargado de hacerse cargo circunstancialmente de la plantilla hasta la llegada del nuevo entrenador, acontecimiento mediante el cual el Club obtenía la tranquilidad y el tiempo suficiente para evitar decisiones precipitadas que pudiesen producir un agravamiento en el trámite que propicia siempre la destitución de un entrenador en cualquier entidad deportiva.

Supongo que llegará un día en el que, alguien con mayor predicamento que yo, otorgará a Pepe Acebes el reconocimiento oficial  que verdaderamente merecen sus muchos  y fructíferos años de entrega y servicio altruista al fútbol requenense al que dedicó toda su vida, sencillamente porque gentes como Pepe siempre son los se han venido constituyéndose a través de los tiempos como los efectivos artífices de la generación de la calidad de vida en la natural evolución de las sociedades, pese a su remarcada modestia y la escasez de sus pretensiones. Repito lo anteriormente expuesto, de no existir personas como Pepe Acebes habría que inventarlos, habida cuenta que son quienes suelen poner cara humana a una sociedad cada día más insubstancial e impersonalizada.

Julián Sánchez

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