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EL OBSERVATORIO DEL TEJO. JULIÁN SÁNCHEZ              

  Lo dijo en su día en cantante catalán José María Sanz Beltrán universalmente más conocido por “Loquillo”: “A mí no me roba España, a mí quien me roba son los Prenafeta, Pallerols, Pujol y Millet que son catalanes, pero esto no se cuenta”. Tenía razón Loquillo, pero eso no se cuenta, pero poco a poco se va viendo. Los padres de la patria catalana se envuelven en la estelada para salvar la patria de su patrimonio, un patrimonio sustancial y escandaloso creado a fuerza de influencia y expolio a la ciudadanía catalana y, por ende, a la española diseminándolo arteramente por los más diversos y exóticos paraísos fiscales y a la gente engañada tras la tupida cortina de humo bordada con la consabida cantinela “Espanya nos roba”.

La patética intervención del President Mas en TV3 tratando de justificar lo injustificable, no hizo más que profundizar en la evidencia de la gran mentira que éstos padres de la patria han fraguado durante todo el periodo democrático que experimentamos desde el inicio del periodo de la transición. Más comenzó su comparecencia con el anuncio de que Pujol «renunciaría» a los cargos de presidente fundador de Convergència (CDC), presidente fundador de Convergència i Unió (CiU), a la oficina de ex presidente de la Generalidad y a las retribuciones correspondientes, para ello Mas adoptó un tono entre íntimo y contrito: «Son decisiones que comunico con gran dolor personal, pero como presidente del país he de decir que esto es lo que hay». Estaba relatando el funeral de quien él mismo calificó como “padre político”, por lo que no dudó siquiera en apuntillar: «El dolor es muy grande, inmenso, siento mucha pena y también compasión. Puedo entender -prosiguió- que haya gente que no sienta lo mismo, pero yo siento una pena y un dolor muy grande».

Tampoco tuvo empacho el President, haciendo gala de su habitual doblez nacionalista, en tratar de distraer la atención de las responsabilidades del escándalo que ya se conocen como, el “Caso Pujol” o el “Caso Saqueo de Cataluña”, manifestando que el affaire  “forma parte de los ámbitos personales, familiares y privados del ex presidente”, así como que no era partidario de iniciar una hipotética comisión de investigación en el parlamento catalán, Mas se refirió a la avanzada edad de Pujol (84 años), porque, además «pasa a ser un ciudadano como cualquier otro».

Continuó el President en su pretensión de relativizar la importancia de la persona de Pujol desde que en teoría dejó los cargos ejecutivos en 2004. «Hace más de diez años que no toma una decisión importante» fue la frase que repitió hasta tres veces, intentando despreciar la influencia de Pujol en los últimos años. «Sí, venía a las reuniones, pero las decisiones las tomábamos nosotros».

El “Caso Pujol” o “Caso Saqueo de Cataluña”, como mejor gusten en llamarlo, no viene a ser si no un lamentable episodio más de la cadena de corrupción que se viene arrastrando por Cataluña desde el periodo de transición democrática en periodos de gobierno del nacionalismo convergente, habiendo salido a la palestra continuamente nombres afines al nacionalismo y muy especialmente a su principal mentor D. Jordi Pujol y Solé como vinieron a ser el  ex conseller de Trabajo Ignasi Farreres, y los también ex consellers Cullel y Roma, Lluís Prenafeta, a la sazón Secretario de la Presidencia de la Generalidad y mano derecha de Jordi Pujol,  Macià Alavedra ex conseller de Economía, cuando Javier de la Rosa le señaló como un “receptor”de dinero suyo, Ferran Falcó ex presidente de Adigsa,  los  Pallerols, Millet, el citado de la Rosa, Estevill, Piqué Vidal, Huguet, Núñez, entre otros nombres con diversas responsabilidades administrativas y políticas y sonados casos como el del 3% denunciado por el propio Pascual Maragall, caso Banca Catalana, el caso Casinos paradigma de supuesta financiación ilegal del partido, el Planens de Muns, caso de los pagarés falsos y, el caso ITV con implicación directa del Oriol Pujol y también el relativo a la financiación irregular de CDC mediante el caso Palau de la Música, el cual salpica al propio Artur Mas, habida cuenta que era Secretario General del partido cuando se cometió el desvío de fondos.

Lo más lamentable de todo ello viene a ser que toda esta parafernalia ha venido desarrollándose, año tras año, sin que nadie en Cataluña se haya querido dar cuenta de tamaño desmán. Un auténtico rascacielos de corrupción elaborado sobre los infantiles cimientos escavados sobre una burda y descomunal mentira mallada en la pueril fábula de una  herencia de la que no era conocedora ni su propia familia. A consecuencia de ha estallado esta bomba de manifiesta corrupción cargada de perversión social y económica que llevó a una familia a amasar una monstruosa fortuna, la cual no tuvo empacho en acumular de una forma tan compulsiva como obsesiva por el dinero. Para ello no se dudó en utilizar todos los medios, incluso coactivos que se pusieron a su alcance.

Pero lo más lamentable de ésta situación viene a ser la identificación que de estos postulados ha llevado a cabo el conjunto idealista del catalanismo de izquierdas alineado junto a sus banderas para la conquista de los Paisos Catalans, aunque ello venga a significar el entierro o el sobreseimiento de todo sumario abierto. Todo menos ceder ante denostados “ladrones madrileños”. La izquierda, como acepción que se ha caracterizado desde sus principios por su sustanciación en un internacionalismo que siempre ha venido otorgando primacía a las dimensiones internacionales de la lucha íntegra por la libertad y la igualdad y la fraternidad, ha caído en Cataluña en brazos de la esquizofrenia nacionalista burguesa, olvidando que el internacionalismo como concepto no vino a ser nunca otra cosa que la superación mediante la sustitución del sentido anterior de nacionalismo, ya que sólo puede tener acepción como bastimento secundario estableciéndose como  referencia contraria.

Pues, ni eso. Hasta la izquierda, se ha tragado los sapos y las culebras de un proceso anidado en postulados de la propia burguesía catalana, llevándose por delante toda congruencia y acepción ideológica que se haya opuesto a la voluntad de los nuevos “césares”, quienes han llevado a Cataluña al más infecto proceso degenerativo político-financiero de Europa. Treinta y cuatro años de continuado expolio hasta la quiebra fraudulenta de todas las instituciones públicas catalanas; decenas de miles de millones de euros supuestamente expoliados a los catalanes y por ende, a toda España.

Y ¿cómo va a quedar todo esto?, pues como dirían en Cataluña “mala ment”. Hasta el propio Al Capone fue puesto entre rejas simplemente por “errores contables”, pero claro, eso era en un país serio como siempre ha venido siendo EE.UU. Aquí, el Sr. Puyol y su inteligente clan, por el contrario, de vacaciones: “l’expresident es refugia en una casa del seu fill a la Catalunya Nord”. Esta es la noticia que publica el fiel y subvencionado diario La Vanguardia y “Aquí no passa res”.

Hay cosas que son lo que son, pero que no se quieren ver como tales, simplemente porque no interesa afrontarlas. Por muy gordo que sea, todavía hay quien da la vuelta al calcetín y lo quiere presentar a como lo vislumbra en su propia ceguera. Mientras tanto el mundo sigue en su peregrinar por idéntica órbita. El aprovechado continúa en sus trece y el desgraciado en su desgracia. Y el personal levantando altares a sus figuras de pies de barro, becerros de oro y marmóreos altares inalcanzables al común de los seres, pero, eso sí están muy guapos vistiéndose con banderas multicolores propias de la confrontación, la división y el enfrentamiento. Hemos pasado de la Una, grande y libre, de la unidad de destino en lo universal y firme el ademán, a la fragmentación social y el odio del hecho diferencial y, en el fondo, siempre beneficiando a los mismos, no tenemos término medio. Pues nada, sigamos adelante, hagamos culto de la corrupción, el hurto, el expolio, el nepotismo y la desigualdad general y dejemos que el poder y la riqueza caigan en manos de unos pocos que la eliminen de su reversión social y la entierren en paraísos fiscales diseminados por medio mundo. Todo ello en nombre de no sé qué patria y bajo la cobertura de no sé cual bandera. Todo por la sagrada causa de… Ya no recuerdo, se me ha olvidado.

Julián Sánchez

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