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LA BITÁCORA DE BRAUDEL / JCPG

Esto del progreso siempre me ha parecido una milonga para quien quiera seguirla. Cuando lo pienso, me parece evidente que es progreso todo lo que tiene que ver con la tecnología. Pero en otros terrenos el progreso no se percibe con tanta nitidez. Cuando era un chaval y estudiaba la carrera en Valencia, el medio de transporte que utilizaba era el tren. Me resultaba cómodo y barato. No me importaba que tardara una hora y media o una hora y tres cuartos si es que tenía que subir el portillo de Buñol. Lo cierto es que las cosas han cambiado poco en nuestra línea en los últimos años. Salvo que nos han fastidiado bien cuando nos dejan en el barrio de San Isidro. Sin duda, cuestión de categorías.

No hay duda que los trenes han cambiado mucho.Son más rápidos, más cómodos. pero no estoy tan seguro de que la gente haya cambiado a mejor, esto es, que haya progresado. ¿No es un cambio a mejor lo que denominamos progreso? Pues eso. En la segunda mitad de los ochenta una señora mayor siempre encontraba asiento. El otro día contemplé cómo una señora que andaba bastante mal no conseguía que unos zagales de no más de 18 años le cedieran el asiento.  Por no hablar del que pone los pies en el asiento de enfrente y hay que pedirle que los quite para poder sentarte, que ya tiene delito. No parece pues que el progreso de la especie sea tan claro como a veces se pretende.

No quiero entrar en pormenores acerca de los trapos sucios que se airean en los lugares de trabajo. Aquí imperan supuestos relacionados con la ley del más fuerte, el dominio de la manada, la ambición del ascenso, el sueño de una nómina mayor, etc. Los profesores andamos en los últimos años también notando la medida del progreso. Se nos aparece en forma de competencia, pero no por el hecho de enseñar mejor, obtener mejores resultados, etc. En realidad, la disputa viene de las reducciones de horas, que nos obligan casi a pelearnos por una hora de tutoría, unas horas de Valores Morales, algo de Fol en los Ciclos Formativos; o como los compañeros acostumbrados a dar clase en Bachillerato que no desean descender (es la palabra que empleamos con toda su riqueza polisémica) a limpiar los mocos a los zagales de la ESO.

Nada. Esto del progreso es algo bastante interpretable, subjetivo.

En Los Ruices, a 11 de julio de 2015.

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