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LA BITÁCORA DE BRAUDEL / JCPG
Lo del domingo va a tener fuertes consecuencias. La conmoción entre la gente de Unidos Podemos es tremenda. Parecían tener el poder al alcance de sus manos, y… Bueno más que el poder, el convertirse en segundo partido. Porque hay que subrayar que su estrategia tenía como meta la aniquilación del PSOE.

A mí, ciertamente un ser descreído de la política, por edad y por profesión, que de todos los lados me viene, me resulta un tema poco interesante para traer aquí. Pero creo que este lema de “El que no vota como yo no es un demócrata” es bastante hiriente y sobre todo retrata una voluntad totalitaria. A algunos y algunas se les da muy bien reñir a los demás, pero qué mal llevan perder votos. Sobre todo porque lo hacen muy bien y para el bien de las personas. Dejemos el lenguaje hueco, que es al mismo tiempo barato y propio de la estupidez.

Me parece que los políticos y los seguidores de estos políticos que no están preparados para la decepción y el batacazo, es mejor que lo dejen. Que nos dejen en paz. Yo pienso en el final de Grupo salvaje. Los muertos vuelven del más allá para descojonarse de todo. No puedo verlo sin emocionarme. Es también la risa de Walter Huston en El tesoro de Sierra Madre, cuando encuentra el oro y cuando los pierde todo. Dos westerns de primera. Los dos acaban de la misma forma, con “La golondrina”, una vieja canción mexicana estupenda y que sirve de gran lección.

Rudyard Kipling escribió en su poema “Sí”: “Sí el triunfo y el fracaso se cruzan en tu camino y tratas de igual manera a ambos impostores”. Algo para pensar.

Es más, ¿nadie piensa que ha sido demasiado soberbio? ¿Nadie piensa que quizás no tenga razón? Un poco de western puede ayudar; y no tanto “Juego de tronos”.

En Los Ruices, a 29 de junio de 2016.

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