EL OBSERVATORIO DEL TEJO. JULIÁN SÁNCHEZ
Según un reciente estudio presentado por la plataforma antiseparatista recientemente creada denominada Sociedad Civil Catalana, realizado al efecto por el profesor de la Universidad de Barcelona Josep María Oller, con la colaboración de veinte expertos voluntarios, las cifras de participación en el denominado aquelarre separatista del último 11 de septiembre en Cataluña no llegaron a alcanzar, ni con mucho, el total de 2,300.000 personas como afirmaron la fuentes propagandísticas de la Generalitat Catalana, sino que la participación se estableció en un total de 793.683 personas.
Para realizar el estudio, Sociedad Civil Catalana ha utilizado la información contenida en la «gigafoto» que se hizo de la cadena humana, documento éste, puesto a disposición en la página web de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). Con esa fuente, la hipótesis viene a ser que la Generalidad y medios afines doblaron de oficio la asistencia a la manifestación.
Esta circunstancia confirma la apreciación de la entidad antiseparatista catalana consistente en la idea de que, el 11 de septiembre de 2013 es la prueba definitiva de la efectividad de haber manipulado durante décadas las cifras de asistencia, hasta cuando el independentismo oscilaba entre lo marginal y lo residual.
La segunda prueba del adoctrinamiento social que se ejerce en Cataluña viene a ser la publicación de las balanzas fiscales presentadas en el Ministerio de Hacienda por Ángel de la Fuente, director de Fedea y probablemente el mayor experto de España en financiación autonómica, mediante un informe que desmonta la teoría nacionalista consistente en el pertinaz concepto de “España nos Roba” cantinela repetida en los medios económicos, sociales, culturales y de enseñanza catalanes desde la EGB, infiriendo el embeleco de que el dinero que expolian a Cataluña lo gastan en Madrid.
Pues bien, la realidad es muy distinta, según el mentado informe en términos de saldo per cápita, Madrid aparece como la más perjudicada. Sus habitantes ofertan de media un total de 2.575 euros en impuestos más de lo que reciben de gasto del Estado. Tras la comunidad madrileña, aparece Baleares con un saldo negativo por habitante de 1.329 euros y Cataluña con un diferencial de 1.119 euros. Finalmente, Valencia también aporta a la caja común, con 394 euros por cabeza. Ninguna otra región denota saldo negativo.
Si consideramos que el Estado Español, según recoge la Constitución de 1978, se constituye como Estado social y democrático de Derecho, no debe extrañar a nadie que las regiones o autonomías que más recauden, deban de ejercer su efecto solidario sobre las que menos recursos obtengan. De esta forma, la principal conclusión aportada por de la Fuente es que en España las regiones más ricas del régimen común (Madrid, Cataluña y también Baleares) son las que más aportan a la caja nacional. Enfrente, las que tienen una renta per cápita inferior (Extremadura, Canarias o Ceuta y Melilla) aparecen como las más beneficiadas. En consecuencia, la soflama “España nos roba” vemos que carece del menor sentido y fundamento, por lo que queda en evidencia otra de las consabidas falacias de adoctrinamiento separatista inventadas para intoxicar a la ciudadanía.
En este mismo sentido, la entidad anteriormente aludida Convivencia Cívica Catalana publicó hace apenas unos meses un demoledor informe, en contra del montaje de territorialización económica teorizado por Artur Más, informe que, por cierto, se silenció en los medios de comunicación catalanes. Según sus cuentas, la administración regional obtiene un 81,3% de sus ingresos en Barcelona, pero sólo realiza el 65,6% de sus gastos en esta provincia. Si fuera coherente con sus planteamientos habituales, el Gobierno catalán debería decir, en justa correspondencia, que Lérida, Tarragona o Gerona «expolian» a Barcelona. En realidad no debe ser que Artur Mas le tenga manía a esta provincia, sino que a nivel regional ocurre exactamente lo mismo que en el conjunto de España, o sea que, los territorios más ricos y con más densidad de población ofrecen en sus cuentas un saldo negativo en referencia a los más desfavorecidos.
El informe “de la Fuente” abunda en la idea de que Madrid y Cataluña no están injustamente tratados porque están en la media, es decir, que vienen a aportar lo que les corresponde en función de su riqueza declarada. Madrid y Cataluña pueden tienen razón en demandar una revisión del sistema, porque es manifiestamente mejorable, pero no porque estén maltratadas. De la fuente sentencia a este respecto: “Yo apoyaría la revisión del sistema, pero no para que tengan una financiación especial«.
La mentira en política es fácilmente rebatible, lo que viene a suceder es la certeza de que la desinformación ciudadana y el adoctrinamiento impuesto, suelen hacer mella sobre el verdadero sentido de libertad social. La manipulación de las voluntades sociales viene a ser el caldo de cultivo para el encorsetamiento y la capacidad de discernimiento general que desemboca en un sometimiento a la voluntad egoísta de unos pocos quienes, arrogándose un ideario, siguen pretendiendo la prevalencia de su casta al auténtico desarrollo armónico de carácter social, económico y cultural al que tiene derecho una ciudadanía a la que manifiestan servir, pero que, muy al contrario intentan subyugar a su estatus y conveniencia, mediante la consabida táctica de convertir la mentira en verdad y legitimar el crimen, lo malo es que todo esto se suele ocultar en los interiores de la envoltura ciega de una bandera.
Y la cosa, lamentablemente, seguirá.
Julián Sánchez