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El estrés es la enfermedad de nuestro tiempo. El término de estrés se refiere a cualquier exigencia o estímulo que nos produzca un estado de tensión y que pida un cambio adaptativo por nuestra parte. Estos estímulos pueden ser de muchos tipos: un examen, una boda, una separación matrimonial, un viaje, etc. El estrés es la respuesta inespecífica del cuerpo a la demanda, ya tenga por resultado condiciones agradables o desagradables para nosotros mismos.

Otra manera de ver el estrés es como respuesta fisiológica. Cuando estamos en una situación de tensión el cuerpo está padeciendo estrés, esta situación implica cambios fisiológicos, motores, es decir, nos movemos más rápido, aumenta la tensión arterial, etc. Estos cambios también se relacionan con cambios emocionales y conductuales. A más estrés, más padece nuestro cuerpo.

Debemos saber que aparecen diversos tipos de estrés, pero según nuestra sintomatología, se podrían clasificar en: estrés agudo, estrés agudo episódico y estrés crónico. Cabe destacar, que este último es de los más peligrosos para nuestra vida, ya que puede acarrear un desgaste de nuestra energía y llegar a límites de depresión. Algunos tipos de estrés crónico provienen de experiencias traumáticas de la niñez que se interiorizaron y se mantienen dolorosas y presentes constantemente. Algunas experiencias afectan profundamente a la personalidad. Se genera una visión del mundo, o un sistema de creencias, que provoca un estrés interminable para la persona.

La respuesta que ocasiona el estrés al ser humano descrita por Selye (1983) es como una respuesta inespecífica del organismo ante la presencia de un evento desencadenante que atenta contra la homeostasis o el equilibrio de nuestro organismo. Esta respuesta se divide en tres estados: el primero es el estado de reacción de alarma, en el cual se segrega la hormona de adrenalina. Posteriormente, se produce la fase de resistencia que produce la adaptación del organismo al estresor. Y, por último, la fase de agotamiento si no se ha superado en la fase de resistencia, en esta etapa, reaparecen los síntomas de la fase de alarma y las consecuencias severas a largo plazo para nuestro organismo.

Debemos ser conscientes que cada persona es diferente y por lo tanto muestra una sintomatología diferente, por lo que no se debe comparar los síntomas de nuestros vecinos con los nuestros. La sintomatología del estrés puede ser muy diversa desde cambios en las emociones, conductas, pensamientos y cambios físicos. También debemos tener en cuenta que el estrés no es una enfermedad solo de adultos, sino que nuestros hijos/as también pueden padecer estrés por diferentes causas, ya puede ser por un examen, por la separación de sus padres, por problemas en el colegio… etc.

Desde Centros Psicopedagógicos Gabaldón, tenemos las herramientas para poder diagnosticar el tipo de estrés que padece y poder ayudarle a superarlo. Puede pedir una consulta para analizar su caso y recibir una propuesta terapéutica adecuada para no seguir viviendo con este gasto innecesario de energía y dejar atrás el malestar, tanto usted como sus hijos/as.

ARANCHA HERNÁNDEZ MURCIA.
PEDAGOGA.
Centros Psicopedagógicos Gabaldón
Nº COL. 46/1264

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