La familia está en continua evolución generando en muchas ocasiones conflictos que es necesario gestionar. La mayoría de los problemas derivan de la relación y convivencia diaria, muy pocos son individuales.
La Mediación Intergeneracional es un tipo de Mediación Familiar, destinada a mediar en estos conflictos entre padres, tutores e hijos con graves dificultades de relación al objeto de dotar de estrategias a la unidad familiar y restablecer en la medida de lo posible el equilibrio y la interacción entre las partes, evitando de esta forma situaciones de riesgo para los hijos y la desestructuración familiar.
O B J E T I V O S :
• Posibilitar un espacio neutral, imparcial y confidencial de comunicación que favorezca la resolución de los conflictos generados en el ámbito familiar, facilitando dar una respuesta adecuada a las necesidades de los miembros de la familia.
• Gestionar los conflictos entre padres e hijos, ayudando a restablecer y mejorar los canales de comunicación entre ellos, evitando así la ruptura de los vínculos o la producción de situaciones de riesgo para los menores.
• Restablecer el deterioro de las relaciones familiares, mejorando la comunicación y el desarrollo de habilidades entre sus miembros, que les permita conciliar los intereses de los diversos niveles intergeneracionales con acuerdos satisfactorios para todos.
• Enseñar a la familia a la autogestión positiva de sus conflictos cotidianos y el mantenimiento de un clima afectivo estable.
DESTINATARIOS:
1. Padres y madres o tutores con hijos/as que estén atravesando una situación de crisis en la convivencia, provocadas por la falta de comunicación o la inadecuada asunción de roles
2. Menores con dificultades de relación con sus padres.inadecuada asunción de roles.
3. Personas adoptadas y sus familias biológicas o adoptivas.
Algunos casos en los que puede resultar útil la Mediación Intergeneracional
o Establecimiento de normas entre padres, madres e hijos.
o Organización de tiempos compartidos con otros miembros de la familia extensa.
o Cuidado de mayores u otros miembros familiares con alguna discapacidad o que convivan en el núcleo familiar.
En general, todos aquellos conflictos en los que hay dificultades en la comunicación y comprensión entre los miembros de la familia y en los que es necesario el mantenimiento de las relaciones.
Es habitual que las familias tienden a ocultar situaciones conflictivas, por vergüenza, miedo, incertidumbre o desconocimiento de recursos o consecuencias futuras con respecto al núcleo familiar. Incluso aguantan hasta el final chantajes del menor y llegan a denunciar cuando la situación es verdaderamente insostenible.
En nuestra cultura occidental y mediterránea, tradicionalmente los problemas familiares se han resuelto dentro de la familia, con lo que la propia familia, por falta de tradición en ello, puede considerar una “deshonra” tener que contar con agentes externos a ella para que intervengan, ya que eso despertaría el miedo a poder denotar incompetencia de la propia familia para resolver dicho problema.
La familia es la institución con mayor fuerza dentro de nuestro foro interno, es nuestro núcleo primario, y por lo tanto lo más básico a lo que recurrir en caso de que todo lo demás falle.
Muchas familias se encuentran perdidas y desorientadas ante situaciones y/o conductas problemáticas que presentan sus hijos e hijas sobre todo a las relacionadas a menores con conductas agresivas para con sus padres/tutores. Gran parte de estas familias son completamente normalizadas.
Algo en común de las familias de estos menores es una tendencia a una educación demasiado abierta, con laxitud en los límites y en las normas familiares, descuidada o flexible para con sus hijos / as, que al crecer ponen en cuestionamiento y rechazan las normas familiares.
Suele tratarse de familias con adolescentes cuyos padres y madres se sienten impotentes a la hora de enfrentar situaciones generadas en el núcleo familiar. Los adolescentes pasan de comportamientos desobedientes a comportamientos claramente agresivos y violentos contra todo lo que no sea seguir ejerciendo su propia voluntad.
En la práctica diaria del despacho de Mediación nos encontramos con situaciones familiares, que aunque no tienen por qué llegar a considerarse significativas, si tienen una problemática repetitiva. En estos casos, se observan estilos educativos basados en el “todo vale”, “en derechos por encima de obligaciones”, “en la figura del padre periférico”, “en el no-establecimiento de límites”, etc..
Situaciones de separaciones traumáticas de los padres a una edad comprendida en un margen de los 8 a los 18 años; Madres que conviven solas con los hijos, y situaciones de saltos entre generaciones relativamente distantes.
Toda esta casuística es un campo amplio de situaciones de convivencia que a veces resultan problemáticas y que con la intervención adecuada de un MEDIADOR INTERGENERACIONAL pueden resolverse satisfactoriamente para todas las partes implicadas, derivando de ello un aprendizaje en el tiempo.