Son numerosos los documentos del Archivo Municipal de Requena que hacen referencia a días señalados reales: nacimientos de infantes, bodas reales, coronaciones, exequias… En este caso, traemos por su curiosidad la proclamación de Luis I en 1724, quien, con Felipe I “El Hermoso”, ha pasado a la historia como uno de los reyes más efímeros, lo que le ha valido el apelativo de “El Breve” y también el de “El Bien Amado” y “El Liberal”.
Se trata de una copia de una provisión real datada en Madrid en veinte y ocho de enero de mil setecientos veinte y cuatro en el que se informa al Concejo de Requena de la proclamación real de Luis I y se ordena que la Villa levante los pendones por él y se celebren los fastos habituales en estas efemérides.
Luis I era el primogénito de Felipe V y María Luisa Gabriela de Saboya. El padre, con frecuentes ataques de melancolía, sorprendentemente abdicó el 10 de enero de 1724 a favor de su hijo Luis, quien había sido jurado príncipe de Asturias el 7 de abril de 1709. Ascendió al poder a sus diecisiete años y estaba casado con Luisa Isabel de Orleans quien destacó en la corte por sus excentricidades y no mantuvo buenas relaciones con el efímero rey, excepto en sus días últimos.
Luis I quedó prácticamente inédito, puesto que 229 días después de su proclamación murió por un ataque de viruela. Durante su brevísimo reinado hubo poco que destacar más allá de la influencia en la sombra de su madrastra Isabel de Farnesio. Se puede hablar durante el reinado de dos cortes paralelas, la de Luis I en Madrid y la de Felipe V e Isabel de Farnesio en la Granja de San Ildefonso.
La Corona retornó a Felipe V no sin algún problema legal. El escribano requenense Francisco de Comas Ferrer sacó el traslado de la carta real que se puede contemplar en el documento del mes el tres de febrero, siete días después de su emisión.