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EL OBSERVATORIO DEL TEJO / JULIÁN SÁNCHEZ

Ya estamos acostumbrados los ciudadanos de a pie, a asistir al montaje de espectáculos dialécticos establecidos mediante la idea de encauzar a la opinión pública en el sentido que nuestros políticos interesan en un momento determinado. El fair play o juego limpio, así como el sentido común, suelen quedar sometidos al genuino interés partidista y todo lo demás resulta prácticamente aleatorio.

Desde nuestro Ayuntamiento hemos nos ha alcanzado recientemente el eco de unas noticias las cueles nos dejan prácticamente atónitos, como consecuencia de la forma y fondo del comportamiento de algunos grupos políticos componentes del plenario del propio Ayuntamiento. Unos, todavía podrían alcanzar alguna disculpa como consecuencia de su bisoñez en el cargo, pero en referencia a otros, sí que podrían intentar el esfuerzo de ofrecer una imagen más sólida y representativa de lo que corresponde a la responsabilidad de ejercer las tareas de representatividad de la ciudadanía en un consistorio.

Las tareas de oposición deben ser siempre un complemento a las tareas del gobierno, nunca una rémora. Es legítimo el instar a un equipo gubernamental a efectuar con diligencia y eficacia las variadas tareas que todo buen gobierno municipal requiere: Limpieza pública, atención de parques y jardines, eliminación de vertederos, mantenimiento de las infraestructuras municipales, etc., así como tamnbién ofrecer alternativas que propicien la mejora de cualquier gestión, todo ello y siempre, mediante la actuación legal y reglamentaria establecida al efecto.

En el último pleno celebrado en nuestro Ayuntamiento, hemos conocido unas actuaciones las cuales, como ciudadano al corriente de sus impuestos, me han resultado manifiestamente mejorables. Dos partidos políticos (IU y Requena y Aldeas) presentan una moción mediante la cual solicitaban, a mi juicio con un talante o intención en principio loable, el eximir a la ciudadanía autóctona del municipio, de la obligatoriedad de hacer efectivo el abono del boleto de entrada a los museos de la ciudad. En principio, como digo, la intención aparenta loable, pero la forma y modo de presentación de la iniciativa deja bastante que desear.

Lo primero que llama la atención es la urgencia. Los grupos imponentes de la moción, justifican el apremio como consecuencia de la proximidad de nuestras fiestas patronales, pero olvidan que la Corporación Municipal echó a andar hace ya prácticamente dos meses, periodo suficiente para haber llevado a cabo dicha iniciativa con la debida antelación.

Y, ¿Qué va a suceder ahora, con respecto a haber aprobado dicha moción con el apoyo del Partido Popular y la abstención de Requena participa? Pues simplemente que han llegado a un acuerdo jurídicamente imposible de cumplir. ¿Y porque deviene esa imposibilidad? Sencillamente porque la moción no llevaba implícito un estudio de viabilidad, ni tampoco disponía, al afectar a temas económicos, los preceptivos informes jurídicos y económicos que deberían haber efectuado previamente el Sr. Secretario de la Corporación y la Interventora de fondos. Tampoco parece ser que los grupos proponentes acompañasen ningún estudio de viabilidad de su propuesta, entonces ¿de qué narices debatieron? Sencilla y simplemente imposible de cumplir.

Patinazo para quienes la presentan, patinazo para quienes la votan a favor y patinazo para quienes se abstienen posibilitando con ello el despropósito. No vale, como dice alguno,  el Decreto de alcaldía, simplemente porque en relación a los razonamientos jurídicos anteriormente aducidos, su promulgación devendría nula de pleno derecho, según establece al efecto la vigente Ley del Procedimiento Administrativo Común de las AA.PP. Por cierto, si la moción era razonable y conveniente, me gustaría que me explicasen los responsables del grupo Popular en el Ayuntamiento, porque no la llevaron a cabo durante los cuatro años anteriores en los que tuvieron mayoría absoluta en el gobierno del Consistorio.

Lo que también deberían explicar los ponentes de la moción, viene a ser el fundamento de la imagen que se trata transmitir a la ciudadanía, consistente en que la entrada a los museos de Requena nos vaya a salir gratis a los residentes en el municipio. En consecuencia tendrán que demostrar con números y evidencias que el mantenimiento de dichas dependencias va a poder asumirse únicamente con el importe de las entradas del personal foráneo, cosa que pongo tajantemente en duda por experiencia propia, simplemente porque he sido máximo responsable del funcionamiento de los museos locales durante dos años y soy consciente de lo que cuesta, económicamente hablando, el mantener en apertura dichas dependencias. En consecuencia, si los requenenses no pagan a la entrada del museo a visitar, el déficit generado habrá que compensarlo mediante su satisfacción en otra partida del haber del presupuesto, por ejemplo del IBI, luego, ¿dónde está el ahorro?

En segundo lugar, el tema de los conciertos. Al equipo de gobierno de cada ayuntamiento le corresponde, en orden a sus responsabilidades gubernativas el organizar y programar las fiestas patronales de la ciudad. Dicha gestión debe realizarse bajo su exclusiva responsabilidad y dando cuenta de dicha programación a los diferentes grupos municipales en los diferentes órganos legal y reglamentariamente establecidos al efecto.

En este caso a la oposición le corresponde ejercer las labores de fiscalización oportunas que le son atribuidas reglamentariamente. Lo lógico viene a ser, salvo sospechas fundadas de corrupción o posible escándalo, que se deje hacer y que cada grupo acopie la debida información al respecto para, en su caso, felicitar o exigir responsabilidades si así se considerase conveniente en su día, al responsable o responsables de la gestión efectuada al efecto. Así se ha venido haciendo siempre, por lo menos en los doce años en que yo tuve responsabilidades directas en el Ayuntamiento.

Pues bien, inexplicablemente, hemos asistido los ciudadanos a unos dimes y diretes, mediante los que se intentaba a priori de establecer una comparativa de supuesta gestión, más o menos acertada, entre el concierto de la artista Tamara, celebrado el pasado año y el de su colega Edurne, concierto que se pretence celebrar, si es que alguien no lo impide, en las presentes fiestas. Los afines al gobierno anterior hacen alarde de que su concierto fue gratuito y que el programado para el presente año le cuesta al Ayuntamiento la cantidad de 15000 euros más la taquilla que han de abonar los asistentes a un total de 10 o 12 euros por entrada.

La insistencia y resonancia en medios públicos de comunicación que dicha pendencia produjo, ha llevado a propiciar la protesta de la empresa organizadora del evento Espectáculos Mas, que son quienes realmente se están jugando su subsistencia en referencia al grado de aceptación pública del espectáculo como consecuencia de asumir en primera persona el riesgo del coste total del espectáculo, excluida la subvención municipal. Dicha empresa, aduce sus temores fundados de que la sonora puesta en cuestión del concierto, supuestamente habrá de incidir en un menor índice de asistencia de público a dicho concierto. Al menos eso es lo que ellos piensan y lo argumentan consistentemente. Entre otros argumentos, vienen a invocar mediante declaraciones del siguiente tenor: “En Requena creamos varios puestos de trabajo fijos y más de 100 puestos de trabajos eventuales entre músicos, diseñadores, bailarines, cantantes etc… por no hablar de trabajos indirectos que damos a talleres, comercios, etc… Trabajadores y empresas que cobran y se ganan su dinero gracias a gestiones como las que ustedes están intentando boicotear y que salgan en esta ocasión mal. Si ustedes creen que ir contra esto es hacer una buena política creo que se están equivocando muy de largo”. (Sic) “Un gran porcentaje de este personal es de Requena, ciudad donde tenemos nuestra sede en el polígono industrial el Romeral y donde pagamos nuestros impuestos religiosamente y todas nuestras obligaciones”. (Sic).

Y es que la comparativa sobre la gratuidad de ambos conciertos deviene tan falaz como injusta. En principio habría que preguntar si Tamara vino gratis a actuar a Requena. Si ello fuese así, aquí se acabaría la cuestión, pero si no vino a ser así, como la lógica indica, nos gustaría conocer cual vino a ser la cantidad que se abonó para la realización de dicho concierto, porque me imagino que se efectuaría con dinero público salido de nuestros impuestos.

A efectos de establecer la oportuna comparativa, lo que hubiese sido lógico sería haber esperado callados a la realización del concierto de Edurne y tras conocer el importe obtenido en taquilla y establecidos los oportunos parámetros de calidad, entonces establecer la consiguiente comparativa. Pero no, eso no era importante, lo importante era y es ir en contra de la gestión de quienes en lugar de rivales políticos solemos considerar enemigos y, eso es lamentablemente a lo que venimos jugando, no únicamente en Requena, como es evidente, sino en todos y cada uno de los ámbitos políticos de este maravilloso país al que, unos y otros aparentan supuestamente pretender enviar a hacer puñetas (con perdón).

Lo que sucede en Requena, lo hemos visto ya en fase previa y reciente a nivel autonómico y, reparo me da lo que podamos presenciar de aquí a un poco de tiempo con unas elecciones del calibre que se esperan en Cataluña y seguidamente en toda España. No ya reparo, lo que me da es pánico como consecuencia del agujero de grillos en que se ha convertido nuestra actual política.

No me gusta ser agorero pero, vistos los precedentes, a veces uno echa de menos el espíritu establecido en la transición democrática del 78, donde unos y otros, izquierda, derecha y mediopensionistas, ofrecieron una versión muy diferente a la que sus homónimos actuales vienen ofreciendo. No me extraña que algunos quieran desintegrar de forma fulminante el espíritu de aquella transición, simplemente porque debe avergonzarles la idea de no llegarles a aquellos ni a la suela de su zapato más viejo.

Julián Sánchez

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