Requena (03/03/18). Aymara Carrascosa – The Pink World From Requena
La tenista Arantxa Sánchez Vicario está viviendo un momento difícil. La semana pasada saltaban a los medios sus problemas económicos y familiares. Salía a la luz la ruptura de su relación con Josep Santacana, tras una década de relación y dos hijos.
Santacana le ha pedido el divorcio, abandonando el ático de Miami donde el matrimonio residía junto a sus hijos, Arantxa de 9 años y Leo de 7, para instalarse en otro apartamento con una nueva pareja.
El marido de la que fuera número uno del mundo, ha pedido la custodia de los dos hijos. En su demanda alega que la madre de los pequeños, no está en condiciones psicológicas óptimas para atenderles.
Según los medios, Josep se ha llevado todos sus bienes incluidos los trofeos, y la ha dejado en la ruina. Al parecer la tenista estaría viviendo de su sueldo como directora deportiva del centro educativo Metropolitan School de Miami (unos 3.000 euros al mes), y de sus colaboraciones en canales latinos de televisión como comentarista de los partidos de Copa Davis y otros eventos relacionados con el tenis.
El empresario se encargaba de gestionar el patrimonio de su esposa, y se habría hecho con el control total de su fortuna, que ascendería a varios millones de euros. Al mismo tiempo, Arantxa tiene pendiente una deuda fiscal en España de 1,7 millones de euros por impago de impuestos entre 1989 y 1993, y el Banco de Luxemburgo donde el matrimonio tenía una cuenta, que les reclama 7,5 millones de euros, de los cuales 2,5 millones corresponden a intereses a causa de un aval no satisfecho, con el que habrían pagado otras deudas.
El culebrón de la temporada está lleno de contradicciones. Según recoge ‘El País’, la pareja llevaría dos años haciendo vidas separadas. En este tiempo, el empresario habría rehecho su vida y empezado una nueva relación con otra persona y en otra casa. También en el diario, fuentes cercanas a la familia Santacana cuentan que cuando este realizó su mudanza, se llevó solo sus cosas.
El miércoles, la revista ¡Hola! publicaba una doble exclusiva entrevistando Arantxa Sánchez Vicario, y a su de momento marido.
En la entrevista de Josep este trata de situarse como víctima lanzado varios golpes bajos y muy personales a la ex tenista. Por ejemplo asegura que llevaban ya «separados casi dos años, aunque la situación venía viciada. Llevábamos sin mantener relaciones íntimas cinco años». «Arantxa y yo habíamos acordado hacerlo todo de mutuo acuerdo y así era, hasta que se fue con nuestros hijos a casa de su hermano», acusando a su mujer de llevarse a sus hijos.
El empresario se ha llevado su “tela marinera” por contar entre otras cosas que lleva un año con otra mujer. «Llevo saliendo con Raquel un año y dos meses, es de Madrid». Además Santacana deja caer que el declive de su matrimonio se debe a la situación familiar de Arantxa.
Ese mismo día, Santacana mandaba a través de su abogado un comunicado, negando haber concedido la entrevista. «Lo único cierto es que me tomaron unas fotografías mientras me encontraba andando por la calle, pero no hice declaración alguna, y ni mucho menos, les he concedido una entrevista». Y amenazaba diciendo que «en el supuesto de que ustedes mantengan en su edición que yo les he concedido una entrevista, hecho incierto, me veré en la obligación de interponer las acciones legales pertinentes».
¡Hola! no ha tardaba en responder con un escrito firmado por la dirección de la revista en el que asegura que «puede garantizar y demostrar su veracidad. Se trata de una entrevista comprada a la agencia Código Press, habitual proveedor de información y reportajes, acompañada de un posado del protagonista, una grabación de audio y un escrito que así lo demuestra».
Pero esto no es todo, ese mismo miércoles los acontecimientos daban un último giro, Josep Santacana retiraba la demanda de divorcio en los juzgados de Miami. No es que ya no quiera divorciarse, es que lo hace como estrategia para no tener que hacer una declaración jurada sobre los bienes de su esposa. Y es que los abogados de Arantxa Sánchez Vicario pidieron un informe de absolutamente todo, incluida las llamadas de móvil, para ver dónde tiene guardados los activos.
Estos últimos acontecimientos solo son una marcha atrás temporal, en un proceso que tiene pinta de demorarse.