Requena (13/10/18) The Pink World from Requena // Aymara Carrascosa
Los políticos también son humanos y padecen crisis de pareja. En esta ocasión, no vamos a referimos a las habladurías de las eternas crisis en el matrimonio Trump. Nos vamos a centrar en el país vecino de los EE.UU, en México, en el matrimonio de su presidente Peña Nieto con la actriz Angélica Rivera.
La prensa mexicana lleva un tiempo especulando con la ruptura de la pareja presidencial, incluso pone fecha para el fin del matrimonio. La separación formal llegaría para diciembre con el fin del mandato presidencial, ya que la pareja no tendría que seguir guardando las apariencias.
Cuentan que la pareja dejó de vivir en la misma casa, aparentemente por el hartazgo de Angélica Rivera. El desgaste del matrimonio comenzó a ser palpable a partir del año 2015, cuando la prensa les sorprendió con desaires en algunos actos oficiales. Uno de ellos tuvo lugar precisamente durante la visita oficial de los Reyes de España, cuando Peña Nieto tendió la mano a Rivera para cederle el paso, pero ella lo miró con desprecio e ignoró el gesto. Otro de los incidentes públicos tuvo lugar durante el viaje oficial de la pareja a Francia, en esta ocasión, fue ella quien le tendió la mano y él quien la rechazó.
La pareja se conoció en 2008 cuando la actriz empezó a colaborar para una campaña de publicidad del Gobierno. Peña Nieto había enviudado de su primera esposa, Mónica Pretelini, en enero del 2007.
Y La Gaviota, (apodada así, por el personaje que interpretaba en la telenovela “Destilando Amor”), se encontraba en ese momento separado del productor de Televisa, José Alberto «El Güero» Castro, quien fue su pareja durante 14 años y padre de sus hijas. Tras un breve noviazgo, y cuando quedaban pocas semanas para que Nieto comenzara la carrera por la presidencia de Mexico, la pareja se casó en la Catedral de Toluca.
Desde entonces, ambos se unieron creando una de las familias más numerosas que han pasado por la residencia oficial de Los Pinos, en total seis hijos: Paulina, Alejandro y Nicole Peña Pretelini, y Sofía, Fernanda y Regina Castro Rivera. Los hermanastros han dado siempre síntomas de buena relación entre ellos, mientras la pareja presidencial ha ido perdiendo fuelle según avanzaba los seis años de matrimonio y de mandato electoral.
Esta es la versión oficial y romántica, luego hay otra que es más jugosa, en la que se dice que todo estaba preparado para vender al pueblo la telenovela perfecta. Convirtiendo en operación de marketing, el noviazgo, la boda…
Al parecer la cadena Televisa se encargó de ofrecer a Peña Nieto, un catálogo de actrices para que eligiera a su futura Primera Dama. En él había otras actrices que fueron descartadas porque tenían «un pasado oscuro», o por ser más altas que el político mexicano.
Rivera fue la elegida para convertirse en la novia oficial de Peña, y ésto le otorgó millones de votos. Pero ella ya está cansada de su papel de Primera Dama, aunque sea el mejor papel de su vida. Según se ha publicado hace dos años que Angélica no vive en la residencia presidencial de “Los Pinos” por decisión propia. Prefiere pasar más tiempo en Miami y Los Ángeles, donde estudia una de sus hijas.
Sofía Castro, hija de la actriz, ha sido preguntada por los reporteros sobre el presunto divorcio y ha dejado claras las cosas: «Lo único que puedo decir es que mi mamá y Enrique están más felices, más unidos, más guapos que nunca»
Otra pareja que atraviesa cierta distancia sentimental es la que vive en el Eliseo, Emmanuel y Brigitte Macron.
Medios internacionales dan por hecho que el matrimonio Macron no atraviesa su mejor momento. La prensa del corazón gala asegura que los problemas políticos que acumula el presidente han provocado «tensiones» en la pareja.
Al parecer la primera dama francesa, le habría echado recientemente la bronca a su marido haciendo un repaso de todas las polémicas que se han sucedido en los últimos meses y que han provocado el hundimiento del presidente en las encuestas.
Dicen que esta es la causa por la que la primera dama habría decidido quedarse en París sola, en vez de acompañar a Emmanuel a Nueva York a la sede de las Naciones Unidas, y a su visita por los territorios franceses de ultramar.
No es la primera vez que el matrimonio atraviesa dificultades. En septiembre de 2017, cuatro meses después de llegar al Elíseo, se publicó que la pareja estaba muy distanciada y que su unión estaba en peligro.
Quién sabe si es solo una crisis más y esto también sea los que les está pasando a los Peña Nieto-Rivera