EL OBSERVATORIO DEL TEJO / JULIÁN SÁNCHEZ
Como consecuencia de la proximidad de las elecciones parlamentarias del próximo mes de diciembre, el gobierno de España ha dejado de efectuar las consabidas reformas estructurales para reducir el déficit público, y lo ha confiado todo a la inercia de la recuperación económica. Pero, consecuentemente, no han sido capaces de evitar que el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Fiscalidad y Aduanas de la Comisión Europea Pierre Moscovici se encargara de matizar políticamente esta actitud demandando al gobierno español «una ejecución estricta del presupuesto de 2015 y la adopción de las medidas necesarias dentro del proceso presupuestario actual», a efectos de asegurar el cumplimiento de los objetivos.
Según las previsiones de Bruselas, que hace pública el comisario Moscovici, actualizadas en el pasado mes de septiembre, España incumplirá los objetivos de déficit este año y el siguiente: previendo que la brecha presupuestaria sea del 4,5% y el 3,5%, respectivamente, lejos del 4,2% y el 2,8% que afirma el Gobierno español. En total: más de 3.000 millones de euros en 2015 y de 7.000 millones en 2016.
Sin embargo, nuestro gobierno, contesta a la indicación de Bruselas insistiendo en la idea, que defenderá seguramente hasta las elecciones del 20 de diciembre, de que la Comisión Europea yerra en sus estimaciones y que España cumplirá el objetivo de déficit público. El argumento que el gobierno emplea lo basa en que la economía crecerá más de lo que indica Bruselas, lo que generará mayor recaudación. Así, el aumento del PIB nominal será suficiente para reducir el déficit público sin la necesidad de adoptar nuevos ajustes por el lado del gasto y del ingreso.
El ministro Montoro arguyó en apoyo de su comentario que, pese a la rebaja de tipos, la recaudación tributaria está creciendo a ritmos del 7%. Montoro también aprovechó para lanzar un aviso a Bruselas, recordando que la Comisión Europea estimaba a principios de año que España crecería en torno al 2 % del PIB cuando ahora esa tasa está por encima del 3%. Para 2016, la Comisión Europea prevé un crecimiento del 2,7% cuando el Gobierno apunta un avance del 3%.
Pero el pasado día 13, la propia Comisión Europea dio la razón Moscovici publicando un extenso comunicado, mediante el que advierte que existe riesgo evidente de que España no alcance a cumplir con las previsiones del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Por ello, invita a las autoridades nacionales a ejecutar estrictamente el presupuesto de 2015, así como que tome las medidas necesarias durante el procedimiento de tramitación.
La indicación, que seguramente se dirigiría, no al propio gobierno actual, quer prácticamente queda ya en funciones, sino al que haya de salir de las urnas el próximo 20 de diciembre, que será quien tenga la misión de cerrar el presupuesto actual e iniciar la ejecución del de 2016. En consecuencia, negros nubarrones para nuestro devenir socioeconómico si llegan a confirmarse las indicaciones de la Comisión Europea.
Todo ello hace pensar que los programas económicos que los distintos partidos políticos presentan, al final quedan en papel mojado como consecuencia de que la potestad de dirigir las conductas económicas no las ejercen los diferentes gobiernos nacionales, sino que dichas conductas deben de seguir la pauta superior dimanante de la vértice comunitaria, y el caso de Grecia no ha podido dejar el panorama más en evidencia.
El propio coordinador del programa económico del PSOE para las próximas elecciones generales Jordi Sevilla, señaló a este respecto, que el próximo Gobierno deberá plantear una moderación de la senda de consolidación fiscal y defendió que será necesario abordar nuevas reformas, aunque no ajustes. Sin embargo la responsable de Ciencia de la Ejecutiva Federal socialista, María González Veracruz, ha calificado los presupuestos para 2016 como “insuficientes para corregir todo el daño infligido por el gobierno de Rajoy en materia de Ciencia”. Se trata de unos presupuestos que “cierran una legislatura negra para el sistema Español de Ciencia e Innovación”.
Los diversos partidos políticos podrán en las próximas fechas presentar cuantas propuestas en referencia a la economía quisieran efectuar con intención de seducir al voto ciudadano, pero lo cierto y verdad es que si añaden por un lado, tendrán obligatoriamente que recortar por el otro, y si quieren profundizar por la vía del gasto, deberán obligatoriamente de contravenir ampliando la vía del ingreso. En consecuencia, no puede hacerse de otra forma sino incrementando el nivel impositivo sobre la propia población contribuyente, como resultado de que existe un condicionante insalvable denominado Pacto de Estabilidad y Crecimiento que deben de cumplir inapelablemente. Subsiguientemente, mucho nos tememos que, a partir del próximo 20 de diciembre, salga quien salga vencedor o vencedores en las correspondientes urnas, o se cumple el vaticinio del actual gobierno español en contraposición al de Bruselas, o nuevamente las clases medias españolas, incluidos trabajadores y pensionistas, vamos a seguir padeciendo, en mayor o menor grado, los rigores de los consabidos y por ello muy temidos recortes presupuestarios y, esto ya empieza a clamar al propio cielo, como consecuencia de que esta crisis actual, ya va siendo de mucha más persistencia de lo que en principio resultara previsible.
Julián Sánchez