miércoles, 14 agosto
Requena (21/10/17) Aymara Carrascosa / The Pink World from Requena
El pasado lunes Cayetana Rivera Martínez de Irujo, llamada así en homenaje a su abuela y madrina, cumplía 18 años. Y los medios pasaban a despixelizarle la cara, como ya ocurrió no hace mucho con Chabelita Pantoja, Andrea Janeiro o Rocío Flores Carrasco.
Tana como la llaman en casa es la única hija del breve matrimonio entre el torero Fran Rivera, y la duquesa de Montoro, Eugenia Martínez de Irujo.
La nieta de la duquesa de Alba ha tenido una infancia feliz y plena, a pesar del divorcio de sus padres y de vivir a caballo entre Madrid y Sevilla.
La joven planeaba celebrar su cumpleaños con una fiesta con 300 o 400 invitados en La Pizana, el cortijo que heredó Eugenia, su madre, de la difunta duquesa de Alba. Sin embargo, su padre, no tardó en oponerse al saber que la celebración se estaba yendo de madre y por sus malos resultados en los estudios.
Finalmente, está previsto que Tana se reúna este fin de semana con «unas pocas amigas», posponiendo para más adelante la fastuosa fiesta.
Al suspender la selectividad, no podrá comenzar a estudiar la carrera que quiere hasta el año que viene cuando se vuelva a presentar. Sin embargo, su madre ha movido los hilos necesarios para que su hija se ponga a trabajar cuanto antes.
Cayetana ha comenzado a trabajar en Pep’s Music Group. La compañía musical dirigida por Pepe Barroso, amigo de la familia Martínez de Irujo. Desean que la joven tome contacto con el tema de los negocios y el marketing, ya que desea estudiar Administración y Dirección de Empresas.
Su paso por el papel couché esta semana ha sido de puntillas. Fran Rivera accedió a fotografiarse con ella para “evitar que alguien se lucrara con las fotos de su hija y para normalizar su cara”. Sin embargo, a su madre le sentó muy mal la decisión tomada. Tana le pidió a esta que participara en el posado, pero Eugenia se negó.
Y es que la relación entre ambos padres es ninguna, después de los problemas con la custodia. A pesar de que firmaron el divorcio de forma amistosa en 2002, en 2012 Fran pidió la custodia de su hija. Parece ser que la niña le pidió a su padre irse a vivir con él a Sevilla. Rivera no dudó en luchar por el deseo de su hija y se enfrentó a su ex en los tribunales, para solicitar la custodia. Los Alba se tomaron aquello como una «traición» imperdonable, y la difunta Cayetana Fitz-James Stuart dijo sentirse decepcionada con Fran. La Justicia le dio a la aristócrata la guarda y custodia de Tana.
Eugenia no quiere ver a su hija convertida en carnaza para la prensa rosa, pero se va a tener que aguantar. Porque se dice que ya hay realizado un reportaje fotográfico para la revista ¡Hola!, con estilismos de Naty Abascal.
Aficionada al mundo del toro y perteneciente a una estirpe de grandes toreros, los Rivera-Ordoñez-Dominguín, la adolescente ha toreado alguna becerra pequeña. El pasado septiembre en Ronda, se la vio llorar al ver a su padre despedirse de los ruedos. De pequeña daba la vuelta al ruedo acompañando a su padre y a su tío Cayetano en las tardes triunfales en la plaza de Ronda.
Para ella, Ronda es un lugar muy especial y sus calles han sido su patio de recreo desde que era pequeña. Y es que el pueblo malagueño ha visto nacer y crecer a la estirpe de los Ordoñez.
El toreo es una afición que comparte con sus primos Luis y Amina, los mellizos de su tío Cayetano Martínez de Irujo, con quienes mantiene una buena amistad.
Entre sus amigos podemos encontrar a otros herederos de la “jet set”, como los Astolfi, Domecq o Bohórquez. También entre sus amistades encontramos vástagos de políticos como la hija de Jorge Moragas, o Alfonso, uno de los dos hijos del ex matrimonio Álvarez-Cascos y Gema Ruíz. Su mejor amiga es Carlota, fruto del matrimonio entre la periodista Ángela Portero y Álvaro García-Pelayo, director de la agencia CORPA con la que Fran Rivera hace sus exclusivas.
A Tana le encanta ejercer de hermana mayor con la pequeña Carmen de dos años, nacida del matrimonio de Francisco con Lourdes Montes, boda en la que ella fue la madrina.
Físicamente parece haber heredado más rasgos de su familia paterna, muchos creen ver en ella rasgos de su abuela Carmina Ordoñez, y los que la conocen aseguran que ha heredado la elegancia y el desparpajo de su abuela materna.
