miércoles, 28 febrero
Requena. (28/02/18). Fuente levante-emv.com – José Sierra
El Ministerio de Industria, a solicitud de Iberdrola, abrió ayer el periodo de exposición pública del proyecto de Almacén Temporal Individualizado (ATI) de residuos nucleares de alta actividad de la central nuclear de Cofrentes que tiene por objeto la declaración de impacto ambiental previa a la puesta en marcha de esta instalación, que debería estar construida en 2019, en pruebas en 2020 y plenamente operativa en 2021.
Se espera una fuerte contestación social desde el ecologismo, que tiene ahora 30 días para presentar alegaciones. El Ministerio de Medio Ambiente, responsable de decidir el sentido de la declaración de impacto ambiental ya ha realizado consultas previas con la Generalitat Valenciana, los ayuntamientos de Cofrentes y poblaciones limítrofes, la Diputación de València, la Confederación Hidrográfica del Júcar, Greenpeace y Ecologistas en Acción, entre otros, aunque se desconoce por el momento el nivel y el sentido de la respuesta de estas instituciones y asociaciones.
El exsecretario autonómico de Medio Ambiente Julià Álvaro manifestó a finales de 2016, cuando Levante-EMV adelantó el interés de la compañía Iberdrola por construir un almacén temporal, forzado por el retraso en la puesta en marcha del «cementerio» nuclear de Villar de Cañas (Cuenca), que la Generalitat se «opondría» al proyecto, aunque reconociendo que carece de competencias.
Posteriormente, los grupos parlamentarios de Compromis, PSPV-PSOE y Podemos aprobaron en las Corts una proposición no de ley pidiendo que no se prorrogue la vida operativa de la central más allá de 2021. También el pleno del Ayuntamiento de València, entre otros, se ha pronunciado contra el ATI.
Alegaciones «técnicas»
Finalmente, la Generalitat ha optado por presentar durante la fase de consultas previa unas alegaciones técnicas pidiendo explicaciones en aspectos muy concretos, reclamando documentos y huyendo de un posicionamiento político contra la instalación.
No obstante, la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente advierte en su informe de que si en 2021 se produce una nueva prórroga de funcionamiento, el ATI se convertiría en una nueva fuente de radiactividad y riesgo radiológico (riesgos acumulativos y sinérgicos).
La Generalitat pide mayor precisión en los planos de acceso, que se justifique el número de contenedores de residuos previsto para el ATI e información más precisa sobre el control de la instalación, las potenciales afecciones ambientales, medidas preventivas y correctoras, planes de seguimiento y vigilancia ambiental, etc.
En particular y según ha sabido este diario, el Gobierno valenciano expresa su preocupación por el pequeño margen existente entre la cota a la que se construirá el ATI y la máxima inundación posible. En consecuencia solicita que se profundice en el estudio del riesgo de inundaciones.
Plazos comprometidos
Los plazos son ya muy ajustados y cualquier retraso en la tramitación administrativa podría significar que la central se quedara sin espacio suficiente en sus piscinas para almacenar el combustible irradiado en el año 2021, justo cuando se acaba la licencia de operación vigente.
En una comparecencia en las Corts, el director de la central, Tomás Lozano reivindicó la necesidad del ATI «en cualquier escenario» y, aunque reconoció que el almacén permitiría continuar operando Cofrentes mas allá de 2021 su construcción era independiente del proceso de autorización de explotación, que Iberdrola tiene previsto solicitar en marzo de 2020.
El ATI tendrá una superficie estimada de unos 22.000 metros cuadrados de zonas valladas, incluido un muro de hormigón de 6 metros de altura y una zona construida de 5.250 m2 en la que destacan las dos losas de hormigón armado sobre las que se depositarán los contenedores blindados en los que se albergarán los residuos radioactivos de alta actividad almacenados ahora en las piscinas.