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Fuente lasprovincias.es/A. CH.

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En el siglo XV, las crónicas ya glosaban los primores de la carne valenciana. En 1495, «el archivero municipal ya hablaba de las carnicerías de Requena». Y a Miguel García, miembro del Consejo Regulador del Embutido de Requena, se le hincha el pecho. Aunque acto seguido bufa al recordar el dictamen de la Organización Mundial de la Salud. «Mira, si eso que dicen fuera verdad, aquí no quedábamos ni uno vivo. Porque eso de los 50 gramos máximos diario, eso es una longaniza. Y aquí se toma embutido cada día. En un almuerzo caen fácil cuatro chorizos, cuatro morcillas y cuatro longanizas, o sea que imagínate…», subraya el expresidente del Consejo.

García destaca que, tremendamente preocupados por el informe, han acudido al Hospital de Requena para que les indicaran si en la zona hay una mayor prevalencia de casos de cáncer. «En absoluto, como en cualquier sitio», fue el juicio de los sanitarios, según García. El requenense critica las continuas alertas alimentarias: sobre «lo malo que era» el acecite de oliva, del «veneno» del pescado azul, del plomo en otros tipo de pescados, de los pesticidas en las verduras… «Al final moriremos de hambre».
Productores de carne y médicos ven «alarmista» el informe de la OMS

Y García hace su defensa definitiva del cerdo: «Ha salvado más vidas que la penicilina». El miembro del Consejo ensalza el valor nutritivo de este animal y su carne, como en épocas de carestía, «la matanza evitaba que hubiera mucha hambre. Salvaba vidas». García también destacó las «continuas analíticas» que pasan sus productos.

Un dato a tener en cuenta, facilitado desde la asociación agraria Ava-Asaja, es que alrededor de un 60% del porcino valenciano se dedica a carne fresca, fuera del ámbito de la carne procesada en el que la OMS pone principalmente el foco. Un 40% si iría para la industria de preparados cárnicos.

«Esto supone crear una alarma innecesaria», subrayó Ramón Mampel desde La Unió de Llauradors i Ramaders. Destacó las bondades de la dieta mediterránea y cómo «te puedes comer de vez en cuando un culetón si equilibras con una buena ensalada al lado». Mampel enfatizó el «carácter artesanal» que tienen muchas de los embutidos tradicionales de la Comunitat.

Desde la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios, Fernando Móner trasladó la «absoluta tranquilidad» a los consumidores sobre una ingesta «concienciada y responsable» de esta carne, con un máximo de dos o tres veces a la semana. «Seguro que sólo respirar el aire de las ciudades entraña más riesgos», describió Moner. No puso la mano en el fuego por la carne de otros países, pero defendió «la valenciana, española y europea».

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