Requena (29/03/21) 

• Las solicitudes superan con mucho las previsiones del PNIEC, constituyendo una nueva burbuja que dificulta la incorporación de jóvenes a la agricultura
• La instalación de plantas fotovoltaicas en el territorio debe hacerse de manera justa, equitativa, transparente, participativa y democrática

Para CCPV-COAG  las zonas rurales y periféricas están destinadas a producir bienes y servicios baratos para los grandes centros de consumo, sufriendo consecuencias sociales, económicas y ambientales que generan un medio rural desposeído y vaciado, despoblamiento, envejecido y masculinizado, donde las actividades agrarias no son consideradas socialmente como una alternativa de futuro viable y digna.

Con este abandono de actividades agrícolas, ganaderas y forestales aparecen  capitales, fondos de inversión o terratenientes, para quienes la tierra es un factor productivo instalando plantas eólicas, termosolares o fotovoltaicas sin atender criterios de eficiencia ni impacto medioambiental, sino que se sitúan donde más barato resulta o más se facilita el acceso a la tierra.

En este contexto, desde CCPV-COAG consideramos que las energías renovables son una realidad que permiten reducir la dependencia de la energía fósil, pero la concentración de instalaciones fotovoltaicas en grandes plantas suponen una nueva agresión al mundo rural con impactos en diferentes ámbitos Medioambientales, sociales , económicos y culturales.

Desde CCPV-COAG apoyamos la generación de energía solar, pero rechazamos la instalación de grandes plantas fotovoltaicas concentradas en suelo agrícola y forestal. Frente a un modelo que trata de mantener un consumo insostenible a costa de explotar el medio rural, debemos asegurar un Mundo Rural Vivo, ¡renovables sí, pero así no!