jueves, 17 junio
Esta enfermedad, la sarna sarcóptica, pone en peligro a la fauna salvaje de la Comunidad Valenciana.
Desde la Federación de Caza de la C.V. reclaman a la Administración más medios personales, materiales, económicos, y sobre todo formaciones sobre riesgos de las epizootias y zoonosis a las se enfrentan los cazadores.
En este caso es la cabra montés la especie más castigada por este parásito, causante de la desnutrición y muerte del animal debido al acartonamiento facial y la falta de movilidad.
Destaca la actuación del Club de Cazadores de Cortes de Pallás que sirve de ejemplo de cómo se deben gestionar los brotes de enfermedades contagiosas como la sarna.
Requena, (17/06/21). Redacción.
Para la Federación, la sarna sarcóptica es uno de los problemas más graves a los que enfrenta la fauna salvaje en la Comunidad Valenciana. El Club de cazadores de Cortes de Pallás lleva desde finales de 2019 poniendo solución a esta enfermedad que se había extendido de manera preocupante entre la población de cabra montés en la zona de Ayora-Cofrentes. Tras mucho esfuerzo e implicación por parte del club de cazadores, se han podido controlar los brotes en la zona, aunque no corren la misma suerte otros territorios de la Comunidad Valenciana, donde la enfermedad sigue en auge, explican desde la Federación.
Un ácaro tiene la culpa; esta enfermedad parasitaria provocada por el ácaro “sarcoptes scabiei”, altamente contagioso, afecta a la piel del animal provocando picores, caída del pelaje y rigidez cutánea. La cabra montés es la especie más castigada por este parásito, causante de la desnutrición y muerte del animal debido al acartonamiento facial y la falta de movilidad.
La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana ha venido advirtiendo los últimos tiempos de poblaciones desmesuradas, no sólo de cabra, sino también de especies de caza mayor como el corzo o el jabalí. Esta sobrepoblación, además de alterar el ecosistema y provocar graves daños a la agricultura y cuantiosos accidentes de tráfico, conlleva riesgos sanitarios severos como la transmisión de la sarna.
Los primeros casos se detectaron en la Comunidad Valenciana en 2016, y desde entonces han ido en aumento debido a la alta densidad de animales salvajes por kilómetro cuadrado y la inactividad de la Administración. Actualmente, en la provincia de Valencia, las comarcas de Ayora-Cofrentes y de la Ribera son las más afectadas por los brotes de sarna en la fauna silvestre.
El trabajo desarrollado por el Club de Cazadores de Cortes de Pallás es ejemplo de cómo se deben gestionar los brotes de enfermedades contagiosas como la sarna. Miguel Muñoz, presidente del club, explica que “siguiendo el protocolo de actuación establecido por la Conselleria de Agricultura y, gracias a la colaboración de agentes medioambientales y del Seprona, los cazadores hemos conseguido controlar la epidemia tras abatir 60 cabras infectadas, evitando su sufrimiento y más contagios”. Muñoz añade que, “es incalculable el tiempo y los gastos económicos que nos ha generado, pero hemos conseguido solucionar el problema. Si no fuera por nosotros la situación estaría completamente descontrolada”, declara.
Según establece el artículo 36 de la ley 13/2004 de Caza de la Comunidad Valenciana, el deber de gestión sobre todas las especies cinegéticas del coto corresponde al titular del mismo, por lo tanto la responsabilidad recae en los cazadores, encargados de paliar este problema con sus propios medios y recursos, incluso exponiéndose ellos mismos a contraer la enfermedad. Pese a que existen tratamientos para la sarna, el hecho de que los focos sean en fauna salvaje hace muy difícil la aplicación y el control de la dosis de cualquier tipo de medicación.
Por todo ello, desde la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, se hace un llamamiento a la Administración con el fin de que ayuden a los cazadores a combatir esta situación de salud pública. “Tenemos que ser aliados en el monte. El protocolo de actuación establecido por la Conselleria de Agricultura sería efectivo si viniese acompañado de más medios personales, materiales, económicos, y sobre todo jornadas de formación sobre riesgos de las epizootias y zoonosis a las se enfrentan los cazadores a diario”, afirma Raúl Esteban, presidente de la entidad. “Es necesaria una política integral de apoyo para luchar contra la enfermedad de la sarna sarcóptica”, concluye.