martes, 20 marzo
Requena (20/03/18) Fuente eleconmista.es (Javier Romera / Gema Boiza)
El cava valenciano ha disparado su crecimiento en los últimos cinco años, y no parece ninguna burbuja. Coincidiendo con el procés puesto en marcha en Cataluña y la ofensiva independentista de esta comunidad autónoma, las bodegas de Requena han pasado de vender un millón a más de ocho millones de botellas. | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Alimentación.
«Las hectáreas se han duplicado y lo que pedimos ahora es que haya un estudio en profundidad por parte del Ministerio de Agricultura para establecer cuáles son nuestras necesidades reales y trabajar en función de ello, y no de criterios políticos», explica José Miguel Medina, que además de estar al frente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Utiel-Requena, preside la sectorial del vino de la Federación de Cooperativas Agrarias de la Comunidad Valenciana y la cooperativa Coviñas, dedicada también a la producción de cava.
Medina recuerda que, de acuerdo al Programa de Apoyo del Sector Vinícola, en el último año se han arrancado en Requena alrededor de 700 hectáreas de viñedo con distintas uvas para su sustitución por otras destinadas a la elaboración de cava, pero insiste también en que, «por un problema burocrático, han quedado en el aire 93, cuyos derechos pedimos ahora que se reconozcan».
Los productores de Requena han mantenido ya una reunión con la consejera de Agricultura de la Generalitat Valenciana para que presione en este sentido al Gobierno central con el objetivo de que «nos reconozca los derechos adquiridos».
Es una problemática que se arrastra desde que en julio del pasado año los viticultores de Requena pidieran al Gobierno reconocer 450 hectáreas que sí estaban registradas como hectáreas destinadas a la producción de cava en la Consellería de Agricultura de la Comunidad Valenciana, pero no dadas de alta como tal, según explica Emilio Expósito, presidente de la Asociación de Productores de Cava de Requena. Una petición que finalmente fue admitida por el Ministerio de Agricultura, aunque no en su totalidad.
De ahí que de esas 450 hectáreas, según matiza Expósito, muchas ya se estén reconociendo como válidas para la plantación de uva base cava -apta para producir cava- aunque otras -en concreto, las 93 hectáreas de la discordia- no estén teniendo la luz verde para llevar a cabo la misma plantación por falta de documentación.
Es algo que no sólo frena la capacidad de producción de cava de Requena, sino la rentabilidad de muchos viticultores de la zona. Y es que, según las cifras de Expósito, el kilo de uva con base cava se paga más -hasta el doble- que el de la uva con base vino, pese a que este año los precios están más equilibrados por las sequías y las heladas que afectaron a las viñas de uva tinta el año pasado y por las cosechas deficitarias que también se registraron en Francia e Italia.
Potencial de crecimiento
Independientemente de ese dato, Expósito recuerda que aquellas parcelas que ya han recibido el visto bueno ministerial tienen ahora hasta 2020 para reconvertirse en hectáreas con uva de base cava. Si todas ellas lo hacen, Requena pasará de tener 3.500 hectáreas de este tipo (lo que representa el 20% de sus hectáreas totales -23.000- consagradas a la plantación vinícola) a cerca de 4.000. Un incremento que podría disparar en unos años el número de millones de botellas de cava embotelladas en este municipio valenciano de la D. O. Utiel-Requena.
Según los cálculos de Expósito, si esas 3.500 hectáreas pasan finalmente a ser 4.000, Requena podría llegar a embotellar hasta 30 millones de botellas de cava en el horizonte de 2025, es decir, en un plazo máximo de siete años. Algo que podría levantar ampollas entre los productores de cava de otras zonas geográficas de la D. O. cava.
Evitar enfrentamientos
Y es que los ocho millones de botellas comercializadas suponen en la práctica un millón más que el año pasado, un 15% más, con el referéndum de independencia de fondo. Los portavoces del sector, sin embargo, quieren evitar la confrontación con sus colegas catalanes y en ningún momento aluden así a lo que está pasando en la comunidad vecina, insistiendo en que gran parte del crecimiento viene del exterior.
«Ni hemos entrado ni queremos enfrentamientos con otras zonas», explica Expósito. «En Requena hay un dinamismo y una línea de trabajo muy fuerte y los crecimientos están siendo muy importantes. Mu- cho más que el que se produce a nivel nacional en la venta de cava. Si la D. O. cava llevase el mismo ritmo de crecimiento que tenemos en Requena, no se podría estar planteando no dar más hectáreas a uva de base cava. El problema no es que sobren hectáreas, es que no estamos creciendo a nivel nacional», matiza.
El pasado mes de diciembre, el cava catalán se apuntó, sin embargo, su primera victoria en la guerra que mantiene con los productores extremeños y valencianos, después de que el Ministerio de Agricultura accediera a limitar la expansión de este cultivo este año a 172 nuevas hectáreas.
Aunque en principio la decisión del departamento que dirige Isabel García Tejerina podría parecer salomónica, en la medida en que rechaza la pretensión del Consejo Regulador de Cava de limitar a 0,1 hectáreas durante los próximos tres años la plantación de este tipo de uva, la decisión supone en realidad un triunfo para la posición defendida por las bodegas catalanas, que desde que se implantó el nuevo sistema de autorizaciones han intentado frenar la expansión de la competencia extremeña y valenciana, localizada fundamentalmente en Almendralejo (Badajoz) y Requena (Valencia).