jueves, 15 diciembre
Fuente ValenciaBonita
Nos contaba ayer un buen amigo, tras una conversación para ver que tal nos iba la vida, su malestar con su empresa por lo que le ocurrió hace apenas unos días. Como cada año, algo que viene siendo habitual en su empresa y en muchas otras de España, nuestro protagonista espera uno de los detalles navideños que se tienen estas fechas por parte de los empresarios hacia los trabajadores: la cesta de Navidad. Para muchos ni existirá, puede que la añoren; otros, sin pensar que son afortunados, se quejarán por la escasez de productos; en este caso, el de nuestro amigo Carlos R.F., mostraba su malestar por lo que en ella se podía ver: ningún producto de la tierra.
Su asombro, y descontento a la vez, era tan evidente que sus propios compañeros se percataron al día siguiente en el almuerzo, y no era el único. No entendía como una caja de Navidad podía estar llena de tantos y tantos productos navideños y no haber tan solo uno que fuese valenciano. El cava, catalán, un Freixenet; el vino, un Rioja de apenas dos euros, con el centenar de vinos de gran calidad con D.O. Valencia que hay; los turrones, La Casa y Monerris, de La Rioja y de Santander, con la de gran cantidad de marcas que podría haber escogido del Consejo Regulador de Jijona y Turrón de Alicante o alguno de Casinos; el embutido, de Extremadura, a pesar de la gran cantidad de productos y asociados requenenses; las peladillas y dulces artesanos, andaluces, de Jaén, y eso que en Casinos hay una decena de asociados que son reconocidos gracias a su labor en la Feria del Dulce Artesano, Peladillas y Turrones de Casinos; el “detalle” de la botella de ginebra, que parece que hay que dar gracias por la inclusión de una bebida de graduación mayor, Larios…¡encima! con la de buenas ginebras que hay ahora en la Comunidad Valenciana, como 69 Brosses, por nombraros alguna; y así el resto de productos. Lo mejor de todo, es que la empresa que monta este tipo de detalles, se ubica en Valencia. Para mear y no echar gota. Luego, claro, nos quejamos.
En realidad, no se trata ni mucho menos de hacer boicot; tampoco, desde aquí nuestro máximo respeto, de desprestigiar ningún producto de nuestro país, pues muchos de ellos son de gran valor en el extranjero y la marca “España” se vende de manera conjunta sin importar la procedencia de la provincia. Pero, en este caso, dadas las fechas y la situación seguramente de muchos empresarios, debemos ponernos en valor y ayudar a las empresas de la tierra a conservar ese producto que en la mayoría de los casos tiene una etiqueta Denominación de Origen o un certificado de calidad. Un producto que en la gran mayoría de veces desconocemos y que, sin embargo, es de mejor precio (en muchas ocasiones) y de mayor calidad que los que le colaron al bueno de Carlos.
Otros, como Castell de Sorells; Vicente Gandia, con numerosos premios; Murviedro, o Señorío de Vilafamés; Agro de Bazán; Daniel Belda; Vera de Estenas o Artesanos del Vino, son la muestra de la gran variedad que nuestro querido empresario y jefe de Carlos, podría haber elegido.
Estas Navidades, si estás leyendo estas líneas y eres empresario, piensa en el Carlos de tu empresa; si no es así, pero sin embargo vas a consumir productos navideños, piensa en los empresarios de nuestra tierra y en sus productos. Estas Navidades, productos valencianos.