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La organización lamenta que la conselleria y el ayuntamiento de València parecen más interesados en recaudar impuestos que en resolver los problemas del campo

Requena (24/11/20) Ava Asaja

La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) manifiesta su “sorpresa y estupefacción” ante el anuncio de amenazas de sanciones económicas y penalizaciones de ayudas dirigidas a los agricultores porque “criminalizan a la víctima, puesto que los actos supuestamente punibles son consecuencia directa de la incapacidad de las propias administraciones para resolver los problemas del sector y garantizarles una rentabilidad digna”.

Por un lado, el ayuntamiento de València ha lanzado una campaña de aperturas de expedientes sancionadores –con cuantías de hasta 300 euros– a aquellos propietarios de campos abandonados que se encuentran en mal estado de mantenimiento. AVA-ASAJA considera que “si un agricultor abandona su explotación es porque no percibe precios justos por su producción al estar desamparado por las administraciones. Que esta iniciativa surja de València resulta especialmente sangrante, ya que llevamos varios años con una Ley de la Huerta que solo ha comportado limitaciones, obligaciones y restricciones a la actividad agrícola, pero hasta el momento no ha puesto un euro para mejorar la rentabilidad. Menos multas y más incentivos es lo que necesitan los agricultores valencianos”.

La conselleria de Agricultura, por otro lado, también advirtió ayer a los arroceros del parque natural de La Albufera de pérdidas de ayudas europeas si no fanguean la paja del arroz arrastrada por las lluvias a sus parcelas, es decir, si no introducen estos restos dentro del suelo para provocar un exceso de materia orgánica. AVA-ASAJA recuerda que “los graves problemas económicos, sociales y medioambientales que está generando la gestión de la paja del arroz es responsabilidad de las propias administraciones. La mejor solución es retirar todo el residuo que se pueda, que no suele superar ni el 3% del montante total, y todo lo demás quemarse de un modo ordenado y controlado con la finalidad de evitar plagas y enfermedades del cultivo en la siguiente campaña y, en caso de pudrición como sucede este año, la aparición de aguas negras sin oxígeno y mortandad de fauna y flora de este paraje protegido”.

AVA-ASAJA reprocha al consistorio de Valéncia y a la conselleria que dirige Mireia Mollà de “estar más preocupados por criminalizar al sector agrario y por recaudar impuestos que por proporcionar soluciones que favorezcan una sostenibilidad de la actividad agraria en sus territorios”. La asociación les recomienda tomar ejemplo del ayuntamiento de Algemesí, el cual ayer anunció ayudas de 100 euros por hanegada para adquirir nuevos patrones y llevar así una adecuada reconversión varietal: “De nada nos sirve que la clase política proclame el papel esencial y la función estratégica de la agricultura si luego ese mensaje no viene acompañado de medidas de apoyo, y menos aún nos sirve si lo que llega en realidad son más multas y más impuestos. En las crisis se ve claramente de qué pasta estamos hechos y tanto la conselleria de Agricultura como el ayuntamiento de València se han quitado la careta”.

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