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Entrevista a Luis Julián Pérez, delegado – responsable comarcal de AVA-ASAJA, para Revista Local

Requena (06/03/22)- Yolanda Hernández S.

Carburantes, macroplantas y situación actual del campo

Los carburantes están al alza. ¿De qué forma afecta esta subida al campo?

“El precio medio del gasóleo en España ha alcanzado los 1,43 euros/l, un 50% más que hace un año y el máximo en los últimos cinco años. Para la mayoría de agricultores y ganaderos de la comarca este gasto es inasumible porque el sector no tiene la capacidad real de repercutirlo en los precios que percibe. El resto de costes de producción agropecuarios también han subido una barbaridad. La energía eléctrica se ha encarecido un 270%. Es especialmente necesaria en el regadío para extraer el agua y en la ganadería para mantener acondicionadas las explotaciones. En el caso de las entidades de riego se ha juntado con la reforma de periodos tarifarios, que dificulta la gestión y penaliza los excesos de potencia o los errores de periodo tarifario. Cuando los contratos deben renovarse, el precio sube en torno a un 30% y hay que firmar para tres o cuatro años porque si solo es para un año la tarifa se dispara a niveles alarmantes.

Los abonos o fertilizantes suben un 48%, mientras que la crisis energética obliga a parar fábricas importantes en Europa y amenaza con desabastecimiento y más encarecimiento aún en próximas campañas. Los piensos para alimentación animal se han disparado en torno al 25%. Muchas granjas no tienen parcelas de producción de cereales para autoabastecerse, por lo que deben comprar toda la alimentación animal. Otros inputs a destacar son los plásticos para invernaderos (+46%), las semillas (+20%) y materiales como cobre (+42%) o aluminio (+40%). Al igual que ocurre en la construcción y otros ámbitos, las inversiones para la construcción o modernización de las explotaciones agropecuarias se encarecen y se dilatan en el tiempo. Según estimaciones de AVA-ASAJA, los sobrecostes económicos que soportó el sector agropecuario valenciano en 2021 ascendieron a 500 millones de euros. Almacenes, invernaderos, compra de maquinaria, etc.”

Tenemos opiniones diversas con el tema de la instalación de macro-plantas solares en nuestro territorio. Como dirigente de AVA-ASAJA, ¿qué ventajas e inconvenientes encuentra?

“Al calor de las leyes que pretenden incrementar la producción de energías renovables, están surgiendo diversas iniciativas privadas para instalar centrales fotovoltaicas en la comarca y el resto del medio rural valenciano. Desde AVA-ASAJA recomendamos que antes de firmar cualquier acuerdo con una compañía eléctrica o relacionada con esta actividad se pongan en contacto con nuestro departamento jurídico, ya que este tipo de operaciones les puede comportar importantes repercusiones positivas y negativas. Entre las ventajas que puede haber con el alquiler o venta de terrenos agrarios para instalar huertos solares destacan la obtención de mayores ingresos económicos, respecto a la precaria rentabilidad que hoy en día predominan en la mayor parte de los cultivos de la comarca, y la apuesta por una fuente de energía más sostenible.

Sin embargo, es importante que un propietario se informe previamente porque también puede exponerse a inconvenientes, entre los que suelen resaltar el incremento del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) al producirse una recalificación del terreno, sanciones de catastro y la pérdida de derechos de agua”.

¿Cuál es la situación actual de agricultores y ganaderos? ¿es rentable, hoy por hoy, dedicarse a ello?

“Estamos muy ahogados por la coincidencia en el tiempo de precios bajos y costes de producción altos. La uva sigue muy lejos de los niveles pre-pandemia. La producción comarcal de uva para vinificación sufrió un gran descenso con respecto a la vendimia pasada, que ya fue corta, debido a los ataques de mildiu y el pedrisco. A pesar de las optimistas perspectivas comerciales, los precios de la uva y del vino no se han recuperado de modo suficiente y el mercado está muy parado. Ni la reapertura del canal Horeca a medida que avanzaba la pandemia, ni la retirada de los aranceles de EEUU, ni la caída productiva europea debido a las heladas, han bastado para revertir la crítica situación de los viticultores. La situación es un poco menos mala en el olivar y el almendro, porque los precios han remontado, eso sí, tras tocar fondo en los últimos tiempos. En cuanto a la ganadería, a la grave crisis de rentabilidad hay que sumar una campaña sistemática por parte de los políticos con el objetivo de criminalizar al sector. El plan España 2050 del Gobierno culpabiliza a la ganadería de contribuir a “una catástrofe medioambiental sin precedentes”. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, difama el consumo de carne y promociona recetas alternativas que están alejadas de la dieta mediterránea. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, deja a los ganaderos desprotegidos frente al lobo. La estrategia europea ‘De la Granja a la Mesa’ contempla en los sectores ganaderos a los más perjudicados, tanto en descenso de producción como en incremento de costes y precios al consumidor. Y todo ello a pesar de que, según los datos oficiales, la ganadería no representa ni el 10% de las emisiones contaminantes totales”.

AVA-ASAJA reclama a todas las administraciones medidas de apoyo verdaderamente eficaces para garantizar precios dignos y mejorar la calidad de vida de agricultores y ganaderos. Las reivindicaciones más importantes son: una reforma de la Ley de la Cadena Alimentaria que de verdad evite los abusos comerciales; políticas extraordinarias para aliviar la escalada de los costes; el desarrollo de la Ley de Estructuras Agrarias; la revisión de los acuerdos comerciales con países terceros para que las importaciones se limiten a complementar y no a sustituir nuestras producciones; estrategias eficaces de prevención y control de plagas; infraestructuras para hacer llegar a la comarca toda el agua que necesita; mejoras en el seguro agrario para cubrir todos los riesgos durante todo el ciclo de cultivo; mayor seguridad para frenar la lacra de los robos; reducir el exceso de fauna salvaje para hacer compatible sus poblaciones con la actividad agraria, etc.

 

 

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