jueves, 11 mayo
La mayoría de los cereales ya se han perdido, mientras que se prevén hundimientos de cosechas en uva, almendro y olivar.
Requena (11/05/23)- AVA-ASAJA
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) afea que las medidas aprobadas hoy por el Consejo de Ministros para hacer frente a los efectos de la sequía “apenas van a beneficiar al campo valenciano y, en todo caso, únicamente a ciertos cultivos de secano, la ganadería y la apicultura, mientras que el regadío valenciano queda excluido pese a los efectos que la falta de lluvias ya está ocasionando”.
La organización presidida por Cristóbal Aguado valora las ayudas directas dirigidas a los ganaderos y apicultores, pero cuestiona el fondo de 276 millones que el Gobierno aún no ha desvelado a qué cultivos y en qué zonas de España los destinará. Respecto al aumento de la subvención del coste de las pólizas por riesgo de sequía en cultivos de secano, podrá beneficiar a las producciones que tienen una cultura de contratación porque el seguro funciona bien, como son los casos de la uva para vinificación y los cereales, pero, por el contrario, tendrá una incidencia mínima en otros como el almendro y el olivar donde apenas se contrata esta cobertura porque no se ajusta a las necesidades reales del cultivo.
Además de las ayudas directas, fiscales y de liquidez que, a juicio de AVA-ASAJA “se quedan cortas”, la asociación tacha como “una tomadura de pelo” que el Gobierno sólo retrase el cuaderno digital de explotación cuatro meses –del 1 de septiembre de 2023 al 1 de enero de 2024– e insiste en “dejarlo en suspenso y repensarlo al menos hasta 2026, que es cuando la Unión Europea establece el plazo máximo para aprobarlo.
En cuanto a la ampliación del plazo de tramitación de la Política Agrícola Común (PAC) hasta el 30 de junio, reivindicado desde el sector agrario valenciano, AVA-ASAJA constata que “es la evidencia del fracaso en la gestión de esta nueva PAC, ya que ni aumentando un mes el periodo de solicitud se podrá compensar el retraso que están comportando los problemas de la aplicación informática Sinapa de la Administración”.
Entre las medidas que AVA-ASAJA echa en falta destaca un apoyo decidido al regadío y especialmente a los agricultores y entidades de riego que emplean aguas subterráneas, puesto que han empezado a regar tres meses antes que el año pasado y han aumentado un 40% el consumo de agua. La organización agraria insiste en exigir un precio especial para el Kilowatio agrario, permitir de manera indefinida dos cambios de potencia contratada al año y eliminar el tope del gas en el sector agrario.
Consecuencias en el sector agrario valenciano
Cristóbal Aguado advierte de que “2023 es un año muy seco y, aunque la Comunidad Valenciana no es la más castigada por la escasez de agua, gracias a que sus embalses están menos vacíos que en otras regiones españolas, las consecuencias negativas ya son evidentes. El mundo rural del interior de Valencia y Castellón, que se está vaciando, es el que peor lo está pasando.
En secano, la mayoría de los cereales ya se han perdido, mientras que se prevén hundimientos de cosechas en uva, almendro y olivar. Incluso se teme que muchas cepas y almendros se sequen hasta tal extremo que acaben muriendo o, en caso de salvarse por futuras lluvias, no recuperen su nivel de productividad”.
En lo que respecta a la ganadería, AVA-ASAJA lamenta que “la falta de pastos está obligando a los ganaderos a asumir sobrecostes en la compra de piensos y forrajes, los cuales alcanzan cotizaciones muy costosas debido a la conjunción de los problemas logísticos derivados de la pandemia, la guerra en Ucrania y la sequía. Además, en aquellas granjas donde las balsas o los depósitos se han agotado ya han empezado a llevar cubas de agua, lo que encarece aún más los gastos”.
Por su parte, en el regadío, además de los encarecimientos de fertilizantes y fitosanitarios, hay preocupación tanto por el descenso de los niveles de los acuíferos como por el coste de la energía eléctrica necesaria para bombear los caudales a la superficie”.
Finalmente, AVA-ASAJA alerta de que “la extraordinaria sequedad de los montes va a desplazar aún más la superpoblación de fauna salvaje hacia las zonas de cultivo en busca de agua y comida, creando aún más problemas de los que lamentablemente ya sufrimos”.