Resumen del programa nº 79 de “En este lugar…” (10-11-2015): “El despertar de la consciencia”, con María Prieto Brizuela, psicóloga.
La visión que tenemos de las cosas actúa directamente sobre nuestra capacidad de responder en nuestra vida cotidiana. La evolución nos ha provisto de mecanismos automáticos de adaptación al ambiente que siguen funcionando a pesar de que nuestra realidad ambiental ha cambiado de manera rotunda. Seguimos actuando con nuestro cerebro básico y emocional, de respuestas rápidas y agresivas, a pesar de que ya no se dan los peligros de vivir en medio de una naturaleza salvaje. Ante un estímulo imaginado reaccionamos con una descarga emocional del mismo tipo como si tuviéramos que afrontar un ataque físico, dentro de un entorno de amenazas constantes. Eso influye no solamente en nuestra salud sino que también condiciona la idoneidad de nuestra conducta social. Podemos interpretar como conductas aprendidas aquellas que han sido influenciadas por la idea que tenemos de nosotros mismos y que hemos asumido a fuerza de no cuestionar las imágenes extraídas de nuestras experienc ias del pasado.
La psicóloga María Prieto plantea la necesidad de alcanzar la libertad individual y un estado de vida plena mediante la reflexión y el análisis de esas ideas que nos condicionan. En un modelo del mundo extraído de los estudios de la Física cuántica, ya no vale la consideración mecanicista de los hechos que nos condicionan, sino que hay que tener en cuenta la transferencia de energía entre todos los seres que conforman el mundo. El individuo se convierte en una célula que forma parte de un individuo mayor, a la vez que conforma un organismo superior que funciona como un sistema en el que todas las partes se interrelacionan. Llegar a entender que no estamos solos en el mundo y que tanto lo que ocurre en otras partes como lo que nosotros hacemos, influye de manera decisiva en el funcionamiento de ese organismo superior, es lo que se entiende como el despertar de la consciencia. Se plantea que todas las personas vivimos una parte de nuestra vida de manera automática, programada, y sin ser conscientes de los mecanismos que en realidad gestionan nuestras acciones y pensamientos. El despertar de la consciencia supone la comprensión de que formamos parte de esa energía que lo atraviesa todo.’