viernes, 16 junio
Este instituto de investigación sanitaria agradece a la asociación AMACMA su compromiso.
Requena, (16/06/23). Redacción.
Lili López, presidenta de la asociación, Araceli García, secretaria, y Cristina Ochando y Desiree Sarrión, vocales, han hecho entrega del donativo esta semana en INCLIVA, donde han sido recibidas por Maite Martínez, Iris Garrido, Cristina Hernando y Marta Tapia, del Grupo de Investigación en Biología en Cáncer de Mama.
Desde INCLIVA agradecen a AMCMA D8 su compromiso y colaboración en el impulso de la investigación de esta patología en mujeres jóvenes, en quienes habitualmente muestra mayor agresividad, es altamente metastásico y tiene peor pronóstico.
AMACMA D8 se constituyó en Requena el 27 de febrero de 2008 por un grupo de mujeres afectadas de cáncer de mama con el objetivo de ayudar a quienes padecen esta enfermedad y recaudar fondos destinados a la investigación del cáncer de mama y otros proyectos de investigación sanitaria. Para tal fin, organizan todos los años una carrera a beneficio de la investigación en cáncer de mama en la que participan más de 6.000 personas.
El Grupo de Investigación en Biología en Cáncer de Mama de INCLIVA está estudiando las diferencias entre el perfil genómico del cáncer de mama (? 40 años) con respecto al cáncer de mama en mujeres mayores. En la actualidad está analizando organoides de mujeres jóvenes y mayores y haciendo RNA-seq en muestras tumorales de pacientes muy jóvenes y correlacionándolas con mayores, con resultados muy prometedores.
El de mama es, a nivel mundial, el cáncer más frecuente en incidencia en las mujeres y en los últimos años se está evidenciando un aumento en mujeres jóvenes. Aunque la edad media de aparición del cáncer de mama se sitúa en los 61 años, aproximadamente una de cada cuarenta mujeres diagnosticadas con cáncer de mama es muy joven, lo que constituye de un 5% a un 7% de todas las muertes por cáncer en este grupo de edad.
Los tumores de estas pacientes exhiben habitualmente características patológicas más agresivas (tamaño tumoral mayor, grados histológicos elevados, mayor porcentaje de invasión de ganglios linfáticos, sobreexpresión de HER2 y mayor frecuencia de tumores triples negativos) que las pacientes mayores, por lo que, normalmente, reciben también tratamientos más agresivos (en cuanto a cirugía, radiación, quimioterapia, terapias biológicas y terapia endocrina se refiere).
Además, las mujeres jóvenes son habitualmente premenopáusicas al diagnóstico y, en muchos casos, tras la quimioterapia entran en una situación de amenorrea, que a veces es permanente, e infertilidad (un problema muy importante para mujeres que probablemente deseaban tener hijos en el futuro). Todo esto puede causar efectos secundarios y tiene un impacto importante en la calidad de vida, llevando en muchas ocasiones a desequilibrios psicológicos a largo plazo.
Por todo ello, se recomienda que las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama menores de 40 años sean valoradas por un equipo multidisciplinar que incluya oncólogos médicos, cirujanos de mama, oncólogos radioterápicos y ginecólogos expertos en fertilidad, entre otros profesionales.