lunes, 24 junio
«A la una andaba la mula» está escrito por el fuenterrobleño Francisco Arroyo y es una recopilación de nanas, retahílas, canciones y juegos de su infancia ilustrados por Peregrini. El libro incluye además una banda sonora para poder escuchar en las voces de sus protagonistas algunos de esos cantos infantiles.
Requena (24/06/24)
Para Francisco Arroyo, maestro jubilado, la oralidad -escuchar y hablar– es la base del acceso al lenguaje, el conocimiento y la cultura. En este libro viaja a su infancia, cuando los hogares aún no conocían la televisión y las calles de pueblos y aldeas eran de tierra. De ese viaje al pasado se trae un zurrón lleno de nanas, coplillas, retahílas, adivinanzas, canciones, dichos, romances, juegos…
No es su objetivo tratar de explicar qué es el juego o entrar en disquisiciones intelectuales sobre lo tradicional, lo popular… En este libro aparecen los recuerdos de los romances que le recitaba su abuelo frente a la estufa en los fríos inviernos o los juegos a los que jugaba, primero con su madre y luego con los otros chiquillos y chiquillas.
La joven ilustradora Peregrini, ilustra de forma bella y sencilla un libro que su trabajo aún hace más evocador. Manos que te acarician, ojos que lloran estrellas que iluminan como soles encendidos, ovejas, perros y gatos que te miran o te dan la espalda en una pradera de amapolas y semillas que germinarán la siguiente primavera.
«A la una andaba la mula» también tiene banda sonora.
Mediante un código QR incluido en el libro, se puede acceder a una lista de reproducción para escuchar y sentir, cantados y recitados, algunos de los romances, villancicos, nanas, aguilandos, dichos… que aparecen en este libro en la voz de quienes años atrás fueron niños.
Las grabaciones las registró el etnomusicólogo de Hortunas Fermín Pardo en los años 70 y 80 y forman parte de su ingente y valioso archivo de literatura oral de más de nueve mil grabaciones. Daniel Olmo Boronat firma un hermoso retrato de su juventud investigadora. De la selección de piezas sonoras del archivo de Fermín se han encargado Álvaro Solaz, responsable de Creaciones Alalimón y el músico de Villargordo del Cabriel, Alberto López.
Alberto es un buen conocedor del archivo sonoro de Fermín Pardo y además de la selección ha hecho un gran trabajo limpiando el sonido de las viejas cintas para que suenen a la perfección. El libro, A la una andaba la mula, también se marca como objetivo facilitar el acceso a este archivo, propiciando su divulgación como herramienta de gran valor pedagógico y para el conocimiento de nuestras raíces.
La ruptura de la transmisión de los saberes rurales
La amistad entre Fermín Pardo y Francisco Arroyo viene de lejos. La primera presentación de A la una andaba la mula tuvo lugar dentro de la 39 edición de la Feria del Libro de Requena. Allí, Arroyo, contó que Fermín le encargó la grabación en Fuenterrobles de una cinta con cantos tradicionales en 1974. Este trabajo cambió de forma trascendental la vida de Francisco Arroyo. Su deseo juvenil de huir del pueblo, de abandonar el campo, se tornó por un redescubrimiento del valor de la cultura rural que le ha llevado a la publicación de investigaciones sobre la historia reciente de su pueblo Fuenterrobles, la cultura de la vid y el vino o las vías pecuarias.
En la presentación, Arroyo constató una realidad, la ruptura de la transmisión intergeneracional de saberes y conocimientos en el medio rural. Sin añoranzas de un pasado que no fue necesariamente mejor, el autor habló de la evolución de una sociedad que ha ganado en confort mejorando su calidad de vida pero perdiendo por el camino la convivencialidad.
Creaciones Alalimón, una “edirural” en la Tierra Bobal
Creaciones Alalimón se define como una “edirural”, una editorial que habla de cuestiones relacionadas con lo rural, asentada en el propio medio rural. Su objetivo es la publicación de libros dedicados a la diversidad biocultural, lo local, la memoria y al archivo, a recordar, que no es otra cosa que volver a pasar por el corazón, pues para que el mundo rural no deje de danzar, es necesario conocer los ritmos del pasado.
Con menos de un año de funcionamiento, la editorial ha publicado ya tres libros, Cuando canta la garlocha: el conocimiento tradicional sobre la naturaleza, Cuina Nostra: un relat de memòria gastronòmica y A la una andaba la mula. Con este libro se inaugura la colección Ablentar, dedicada a la publicación de libros de temas locales. Dentro de ella se inserta su próximo proyecto, Casi siempre por la noche, una historia de cincuenta años de rock en la Tierra Bobal que verá la luz durante el verano de 2024.
Creaciones Alalimón apuesta por libros con un diseño cuidado, buscando complementar la experiencia lectora, armonizando el texto con ilustraciones, fotografías y otros elementos gráficos.
“Antes de empezar, lo primero y principal, es despertar la afectividad, que la amapola no se meza sola en el campo verde. ¡Pipiripingo!, para ello es importante que le echemos tierra de perfectas memorias y que te la digan y te la vuelvan a decir, la retahíla, la coplilla, la rima sonora, la cancioncilla.
Adivina, ¿quieres que te lo cuente otra vez?, refranes, uno cada mes y me han dicho un dicho que me lengua la traba como trabalenguas. Tómalo, guárdalo, tuyo es, y ahora de los dos y de nadie y de todas.
¿Jugamos? ¿A qué? ¡Achupé! Al churro, al escondecorreas, al rulancho, al calé, al chinchi caparri, a los güitos… pero atiende, que si me tiras la uña, te cortaré el rabito porque ayer penaba por no verte, y hoy peno porque te vi.
Pan, vino y tocino, que si hay prisa, almorzar antes de ir a misa y en mi pueblo hasta San Antón, aguilandos son.