viernes, 4 marzo
Las bodegas participantes fueron: Cherubino, Vicente Gandía, Mustiguillo, Cerro Gallina, Dominio de la Vega y Coviñas
Requena (04/03/22)- Yolanda Hernández S.
El pasado viernes 25, la Asociación Valenciana de Enólogos (AVE), organizaba una cata telemática entre sus asociados. Dicha cata de gran envergadura, destacó por la gran participación, así como por la calidad de los bobales presentados.
Raquel Armero, enóloga de Dominio de la Vega y secretaria de AVE, se encargó de presentar y moderar la sesión, que comenzaba con el saludo y bienvenida de Juan Clemente (presidente de AVE).
Estos son los vinos:
El enólogo de esta bodega de la vega, D. Modesto Francés, nos presentaba este bobal de San Juan. Un proyecto basado en el respeto y en el entorno con el objetivo de poner en valor esta variedad. En su exposición, nos contó como particularidad que este vino se cría y madura en depósitos de cemento crudo construidos en 1954 por los agricultores de la pedanía y sin nada de madera para que se exprese la fruta.
El enólogo de Vicente Gandía, Pepe Hidalgo, comenzó su cata hablándonos de la evolución de esta bodega desde sus inicios con vinos a granel.
En cuanto a la elaboración de este singular bobal, que nace en 2019 y perteneciente a la finca de Hoya de Cádenas, en la pedanía de las Cuevas, destacar que el viñedo, de poca producción, está a pie de la Bicuerca. Una condición que le da un carácter propio a la variedad y que se ve reflejado en el vino.
En sus elaboraciones no se realizan remontados y utilizan roble francés, de tostado ligero, para la fermentación maloláctica.
Su enólogo, Toni Argilés, destacó como características principales del Pago: la caliza del terruño a 800m de altitud y de origen dolomítico, las cepas de 70 años, la viticultura tradicional, el cultivo ecológico y los suelos de cubiertas vegetales. Agricultura sostenible y viñedos con alma.
Su bobal, vendimiado a mano, seleccionando desde la propia cepa y transportado en cajas pequeñas de 15 kg, se elabora fermentando en tinas francesas, con remontados suaves, pequeños «pigeages», usando solo el vino flor y con una crianza de alrededor de 16 meses combinando fudres y roble francés.
Jose Antonio Haya, enólogo de esta bodega situada en Campo Arcís, nos cuenta el secreto de esta elaboración: «saber transmitir el campo a la copa».
La filosofía de Cerro Gallina es la fidelidad a la tierra, el respeto al viñedo y el esmero en la elaboración. Cerro Gallina es un proyecto vitivinícola concebido con la determinación de elaborar vinos tinto de calidad y de personalidad singular.
Viñas viejas, de entre 60 y 90 años de edad, podadas a mano y sometidas a un proceso de producción de bajo rendimiento y de la más alta calidad.
Destacar, en cuanto a la elaboración de este vino, de la añada 2017 y con una producción de 16.500 botellas, el trabajo de crianza sobre lías entre 14 -18 meses y mínimo de 1 año en botella.
Según nos contaba Dani Expósito, enólogo de Dominio de la Vega, este viñedo situado cerca de Casas de Eufemia y de donde procede el vino, lo descubrieron sobre el año 1996 (cuando aún estaban en Torre Oria)y empezaron a elaborar un vino joven.
A partir del 2001 comienza este proyecto donde se vinificó y envejeció por separado cada parte de la parcela, obteniendo 4 perfiles de bobales de carácter totalmente diferente en una zona muy homogénea. Sobre todo uno de ellos que resaltaba por su buena estructura, poder y gran complejidad aromática. Un vino de largo recorrido.
Desde el comienzo y hasta el 2016 fue madurado y criado en diferentes depósitos (acero inoxidable, barricas pequeñas hasta 2014 y tinas un poco más grandes desde el 2015).
En esta añada catada, hay que destacar que se cogieron 3700 kilos por hectárea. El verano fue bastante seco (15 litros entre junio y agosto) y no excesivamente caluroso. Para su elaboración se hace una selección en bodega, remontados muy suaves y 20 meses en roble de secado de más de 36 meses y poro muy fino para que el envejecimiento sea muy lento.
Jose Manuel Nuévalos comenzaba hablándonos de los inicios de Coviñas como cooperativa de 2º grado fundada en 1965 y formada por 11 cooperativas distribuidas por todo el término.
Para la elaboración de su Adnos 2014 se eligieron viñedos singulares pertenecientes a los parajes de » El Matorral» y «El Rubial». Un bobal de alta expresión, donde la cepa se somete a un estrés extremo y llegando a producir, como máximo, 2 kg por planta.
Para que posteriormente el vino sea reflejo del terruño y llegue lo más sano posible, se realiza selección en campo, se traslada a bodega en cajas de 15 kg y se vuelve a seleccionar en recepción.
Tras una cuidadosa elaboración tradicional (maceración en frío, remontados, depósitos de 1000 litros y una crianza de 24 meses en roble francés y americano), este vino adquiere una estructura y personalidad que garantizan su longevidad.
La esencia del bobal con el terruño como gran protagonista.
Juan Clemente, se encargaba de clausurar esta cata telemática que resultó de un gran interés y disfrute para los sentidos.