jueves, 17 diciembre
Fuente elpasis.com
El director de la central nuclear de Cofrentes, Tomás Lozano, ha defendido este lunes la ampliación de la vida útil de la planta, inaugurada en 1984 y que tiene permiso para funcionar hasta 2021. Lozano ha afirmado que los ciudadanos pueden estar «completamente tranquilos» porque los análisis realizados a la vasija nuclear reflejan que esta se halla «intacta».
La comparecencia de Lozano ha tenido lugar en la comisión de Medio Ambiente de las Cortes Valencianas y había sido solicitada por Compromís, una formación que tiene entre sus banderas el ecologismo. El director de Cofrentes ha afirmado que la energía nuclear es útil para frenar el cambio climático al no emitir «gases de ningún tipo». Y ha destacado que la tendencia internacional es dejar «operar a largo plazo» a plantas como la suya, que «está actualizada, cumple la normativa y está preparada para seguir funcionando».
Lozano ha afirmado que los materiales de la vasija de la central valenciana son diferentes de los utilizados en Bélgica, y que su fabricante fue japonés. La Agencia Federal Nuclear de este país ha solicitado el cierre de 20 plantas fabricadas por la empresa Rotterdam, según la pregunta planteada por Compromís para requerir su presencia. Cuando los problemas en Bélgica salieron a la luz, técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear viajaron a este país para recabar información.
El responsable de la central situada en el Valle de Cofrentes ha descrito el diseño de la planta valenciana como «robusto» frente a posibles peligros como terremotos extremos, inundaciones y «actos malintencionados». Lozano ha evitado dar detalles al ser preguntado por si la infraestructura está preparada ante un hipotético atentado islamista afirmando que se trata de información confidencial. Pero ha señalado que los atentados del 11-S en Nueva York «marcaron un antes y un después» en la protección de instalaciones estratégicas. Y que la colaboración con el CNI y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado es «total».
Según Lozano, de los 45 millones invertidos cada año en la central, propiedad de Iberdrola, 12 se destinan a innovación. La planta lleva seis años sin paradas automáticas y sus factores de funcionamiento superan el 90%, lo que la sitúa entre los mejores 50 ratios de seguridad del mundo, de los más de 400 reactores que existen, ha mantenido.
El director ha afirmado que el fondo radiológico de la zona en la que se ubica, en el interior de la provincia de Valencia, cerca de la frontera con Albacete, es similar al que había antes de la construcción de la planta. A principios del año que viene estará terminado el búnker diseñado para alojar al personal que tendría que trabajar en la planta en caso de emergencia. Y el grado de ocupación de la piscina permite que se siga almacenando combustible en ella hasta el año 2021.