viernes, 5 diciembre
martes, 23 septiembre
Requena (23/09/25)
La trata con fines de explotación sexual sigue siendo una de las formas más extendidas de violencia contra las mujeres niñas y niños en 2025, y constituye una de las formas más graves de violencia contra las mujeres y una violación de los derechos humanos.
Hoy, 23 de septiembre de 2025, en el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, desde MUJERES POR DERECHO queremos poner el foco en una realidad presente en nuestra sociedad que esclaviza y explota a miles de mujeres y niñas en nuestro país, como en el resto del mundo.
El “negocio” de la Trata de Seres Humanos es una de las actividades más lucrativas del mundo, solo por detrás del tráfico de armas, y al mismo nivel que las drogas. Se trata de un negocio criminal que destruye vidas y perpetúa la desigualdad hacia las mujeres y las niñas. No podemos normalizar ni aceptar esta industria de violencia y abusos. Hoy levantamos la voz para decir alto y claro que ninguna persona es mercancía ni está en venta.
Los datos son demoledores, el 96% de las víctimas de trata con fines de explotación sexual son mujeres y niñas. En España la situación es especialmente grave: somos uno de los países europeos donde más mujeres son prostituidas, y de ellas solo el 8% lo hace voluntariamente.
Cuatro de cada diez hombres en nuestro país han acudido alguna vez a la prostitución, el doble de la media europea: España es el primer país de Europa y el tercero del mundo en demanda de prostitución. Y esta demanda alimenta el negocio de la trata y coloca a nuestro país como puerta de entrada, destino y tránsito de víctimas, especialmente mujeres migrantes en situación de gran vulnerabilidad.
La prostitución y la trata son dos caras de la misma moneda. No puede haber trata sin prostitución, ni prostitución sin trata. Por ello, desde Mujeres por Derecho reafirmamos nuestro compromiso abolicionista. La libertad y la igualdad de las mujeres son incompatibles con que sus cuerpos sean comprados y vendidos.
Como sociedad no podemos permanecer calladas ni mirar hacia otro lado. Por ello, exigimos un compromiso firme de toda la sociedad y de las administraciones públicas para acabar con la explotación sexual y garantizar que todas las víctimas y supervivientes recuperen su libertad y dignidad.
